Los obreros de la UTE encargada de los trabajos de urbanización del nuevo barrio residencial y de lujo en Barrio do Cura se afanaban durante la jornada de este lunes en ampliar el perímetro de la obra en la zona intermedia de la calle Poboadores.
Justo en el tramo comprendido entre los números 49 y 57 de la calle, la obra de la ‘macrourbanización’ ha hecho estragos en el paisaje habitual que existía hasta el inicio de los trabajos.
Primero fueron los árboles, luego el cruceiro del Campito, el lavadero y la fuente de A Barroca y más plazas de aparcamiento con un vallado de aluminio que, ahora, se ‘come’ todavía más la propia vía y que deja ya este trecho, de forma definitiva, sin las plazas de aparcamiento para residentes, unas 10 en total.
Espacios que los propios vecinos del Casco Vello se habían ‘autogestionado’ para poder dejar sus vehículos en los escasos huecos que quedaban autorizados por el Concello de Vigo en las arterias del barrio antiguo, habida cuenta de la primera eliminación de la bolsa de aparcamientos en la parte alta de la misma calle Poboadores bajo la balaustrada del Paseo de Alfonso y debido al «mal estado» de la estructura.
Y una vez más, una de las arterias más antiguas de la ciudad y del Casco Vello vuelve a sufrir un nuevo episodio de «apoderamiento» por parte de la obra de Barrio do Cura -que sigue avanzando con el desmontaje de uno de sus últimos reductos-, toda vez que desde este mismo lunes 5 de mayo -y como bien reza la autorización municipal que así permanece pegada en el nuevo vallado- no se permite el aparcamiento con el objetivo de ampliar el vallado de la obra hasta -al menos- finales de este mismo año 2025.
El permiso ofrece autorización para «comerse» tres metros más de calle llegando así a los 7 metros de ocupación de la vía pública con el fin de poder pilotar un total de 25 metros de profundidad y poder, así, iniciar los trabajos de la entrada del futuro aparcamiento del complejo residencial.
Los trabajos de los obreros recolocando el perímetro llamaron la atención de vecinos y viandantes puesto que, como bien señalaban algunos, los habían avisado de que el nuevo muro entraría «hasta seis metros» en la calle, mostrando su preocupación por el espacio que se dejaría donde ya se vislumbraba imposible el aparcamiento mientras que «dudaban» del paso dejado para los servicios de emergencias.
Llegaron incluso a llamar a la Policía Local. Sin embargo, la propia autorización del Concello deja bien claro que tiene que quedar un carril libre de circulación de unos 5 metros, precisamente para posibles labores o paso de vehículos de emergencias.
Con todo, los propios residentes se siguen quedando sin plazas de aparcamiento en el Casco Vello mientras que, desde el Concello de Vigo, siguen ignorando sus propuestas sin dar respuesta a las alternativas planteadas con la recogida de firmas que registraron hace meses en el Consistorio vigués.