Este domingo, 1 de junio, a las 20:00, la concatedral-basílica de Santa María en Vigo acogerá una celebración singular: nueve adultos recibirán los sacramentos de iniciación cristiana (Bautismo, Eucaristía y Confirmación) en una ceremonia presidida por el obispo emérito de Tui-Vigo, monseñor Luis Quinteiro. A ellos se sumarán otros 27 adultos de diversas parroquias de la diócesis que completarán su itinerario con la Confirmación. En un contexto de secularización, donde los bautismos de adultos son poco frecuentes, este evento destaca como un testimonio de la búsqueda de sentido y trascendencia en la sociedad actual.
Un rito recuperado tras el Concilio Vaticano II
Los bautismos de adultos, aunque comunes en los primeros siglos del cristianismo, son hoy una rareza en entornos como Vigo, donde la mayoría de los católicos son bautizados en la infancia. “Es cierto que no es habitual en nuestro entorno”, explica José Vidal, vicario de Pastoral y responsable del Catecumenado en la Concatedral de Santa María. Sin embargo, desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica ha revitalizado este rito, promoviendo itinerarios catequéticos para adultos que desean incorporarse a la fe. En Vigo, este proceso se formalizó el 9 de noviembre de 2023, cuando monseñor Luis Quinteiro instituyó el Secretariado Diocesano para el Catecumenado, una iniciativa que ofrece formación, materiales y una “escuela diocesana” para guiar a los interesados.
Los nueve adultos que serán bautizados este domingo comenzaron su preparación en octubre de 2024, con un itinerario diseñado para culminar en el tiempo litúrgico de la Pascua, que concluye con la fiesta de la Ascensión del Señor.
Este grupo, de diversas edades y procedencias (cinco son españoles, el resto de otros países, entre ellos Venezuela o Brasil), refleja la diversidad de quienes buscan la fe en un mundo cada vez más secularizado. “Vivimos en una sociedad que a menudo no se plantea la cuestión religiosa, pero hay personas, especialmente jóvenes, que sienten la necesidad de trascendencia”, señala Vidal.
Historias de fe
Entre los protagonistas de esta ceremonia está Miryam, una venezolana de 55 años residente en Vigo, cuya vida ha estado marcada por un camino de búsqueda espiritual. “Hace unos cinco años comencé a acercarme a la Iglesia católica. En Venezuela, mi padre era Testigo de Jehová y mi madre cristiana, pero la fe, para mí, no estaba tan presente como ahora”, relata.
Tras alejarse de los Testigos de Jehová, que describe como una experiencia “asfixiante”, Miryam encontró en el catolicismo una fuente de paz, especialmente durante su trayecto como migrante. “Cuando llegué a Vigo desde Madrid, conocí al sacerdote de la parroquia de San Juan Bautista, Don Juan Carlos me acogió y me puso en contacto con José Vidal para el catecumenado. En la fe católica he encontrado un refugio en los momentos más duros, como el COVID o mi paso por República Dominicana”, confiesa. Para ella, recibir los tres sacramentos este domingo es “un paso fundamental” en su vida.
Por su parte, Aythani, un joven de 19 años, representa a una generación que reivindica la libertad de elegir su camino espiritual. “Mi madre siempre me dijo que la decisión era mía, y mi tío, católico practicante, me enseñó que la fe no debe imponerse”, explica.
Aunque lleva años asistiendo a misa con regularidad, fue en el último año cuando decidió dar el paso hacia el bautismo. “Lo hago desde la convicción, no por obligación. He reflexionado mucho y siento que es el momento”, afirma.
Su historia subraya una tendencia observada por Vidal: muchos adultos españoles que se bautizan, generalmente entre 20 y 29 años, son hijos de padres que optaron por no bautizarlos en la infancia, dejándoles la libertad de decidir.
La influencia familiar y la búsqueda de trascendencia
Un elemento común en muchos de estos itinerarios es el papel de la familia, especialmente de las abuelas, como referentes de fe. “Las abuelas son un factor determinante en el descubrimiento de la fe. Son un pilar que acompaña y transmite valores espirituales”, destaca Vidal.
Sin embargo, más allá de las influencias familiares, el sacerdote subraya una motivación profunda: “La gente sigue teniendo necesidad de Dios, de trascendencia. Incluso en una sociedad secularizada, hay quienes se plantean cuestiones existenciales y encuentran en la fe una respuesta”.
Este anhelo de sentido es evidente en las historias de Miryam y Aythani, pero también en los otros siete adultos que se bautizarán y los 27 que recibirán la Confirmación. Algunos llegan a la Iglesia tras un proceso de introspección personal, otros por el contacto con comunidades parroquiales o por experiencias vitales que despiertan su interés por lo espiritual. “Hay personas no bautizadas que son religiosas y, en un momento dado, deciden formalizar su fe”, apunta Vidal.
Un acompañamiento personalizado
El proceso de preparación, conocido como catecumenado, es un itinerario de formación que combina catequesis, oración y acompañamiento comunitario. En Vigo, el Secretariado Diocesano para el Catecumenado ha establecido una estructura sólida para guiar a los adultos en este camino.
Durante varios meses, los participantes se reúnen semanalmente para reflexionar sobre la fe, los sacramentos y su compromiso con la comunidad cristiana. “No se trata solo de recibir un sacramento, sino de integrarse en una comunidad viva”, explica Vidal.
La ceremonia del domingo, que se celebrará en la Concatedral de Santa María, en el corazón de Vigo, será un momento de gran simbolismo para sus participantes. Los nueve bautizados serán sumergidos en la pila bautismal, recibirán su primera comunión y serán confirmados en una misma liturgia, mientras que los otros 27 adultos completarán su iniciación con la Confirmación.
Una búsqueda de esperanza en una sociedad secularizada
En un contexto donde la práctica religiosa ha disminuido, los bautismos de adultos en Vigo son un recordatorio de que la fe sigue siendo relevante para muchas personas. “Hay jóvenes y adultos que se plantean la trascendencia y encuentran en la Iglesia un espacio para crecer espiritualmente”, reflexiona Vidal.
La celebración de este domingo no solo marca un hito para los 36 adultos que recibirán los sacramentos, sino que consolida el esfuerzo de la diócesis de Tui-Vigo por abrir sus puertas a quienes buscan un encuentro con lo trascendente. Convirtiendo la Concatedral de Santa María en un escenario de renovación espiritual mostrando que, incluso en una sociedad secularizada, la fe sigue encontrando eco en el corazón de muchos.