En el contexto de la conmemoración del Día Internacional contra la Pena de Muerte, la viguesa Flor Baena ha elevado su voz en un poderoso llamamiento a la conciencia global. Hermana del último fusilado por el Franquismo, Xosé Humberto Baena, Flor Baena ha expresado su firme apoyo a la campaña de Amnistía Internacional que busca detener la ola de ejecuciones que sacude a Irán. Su testimonio, cargado de una memoria histórica dolorosa, establece un puente entre la represión pasada y la injusticia actual.
En un vídeo difundido hoy, 10 de octubre, por Amnistía Internacional Vigo en redes sociales, Baena recuerda la tragedia que marcó a su familia: su hermano, Xosé Humberto, fue fusilado en 1975 por el Franquismo. La condena se produjo tras un juicio sin garantías, bajo la acusación de un crimen que no había cometido. Esta experiencia personal de la injusticia institucional se convierte en el motor de su solidaridad con las víctimas de la represión iraní.
Xosé Humberto Baena, el eco de la injusticia franquista
El nombre de Xosé Humberto Baena Alonso resuena como el símbolo de la brutalidad final del Franquismo. Nacido en Vigo en 1952, Baena fue un joven militante del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) cuya vida fue truncada en los estertores de la dictadura.
Su trágico destino se selló en agosto de 1975, cuando fue detenido en Madrid y acusado de participar en el asesinato de un policía. En un clima de represión extrema, Baena fue sometido a un consejo de guerra sumarísimo que, según denunciaron organismos internacionales, careció de las garantías procesales más básicas.
A pesar de las intensas protestas internacionales y las peticiones de clemencia, el dictador Francisco Franco se negó a conmutar la pena. El 27 de septiembre de 1975, a solo semanas de la muerte de Franco, Xosé Humberto Baena fue fusilado en la cárcel de Hoyo de Manzanares (Madrid) junto a otros cuatro militantes antifranquistas.
Con tan solo 23 años, su ejecución marcó los últimos asesinatos legales del régimen, provocando una condena global y la retirada de embajadores de numerosos países europeos. La historia de Baena es, por ello, un símbolo de la memoria democrática española y un recordatorio de la necesidad de justicia y reparación, un eco que su hermana Flor lleva hoy a la lucha contra la pena de muerte en Irán.
Irán, la pena de muerte como instrumento de opresión
El foco de la campaña de Amnistía Internacional se centra en impedir la ejecución de miles de personas que corren grave peligro en Irán. Estas personas han sido condenadas a muerte en juicios que carecen de las garantías procesales mínimas, a menudo por delitos relacionados con drogas o por cargos excesivamente amplios y vagos que se utilizan para aplastar la disidencia.
Isabel Flores, portavoz de Amnistía Internacional Vigo, ha subrayado la gravedad de la situación. “Desde las protestas ‘Mujer, Vida, Libertad’ de 2022, las autoridades iraníes han utilizado la pena de muerte como instrumento de opresión”, señaló, alertando que en lo que va de 2025 se han ejecutado a más de 800 personas. La pena capital, abolida en la práctica o en la ley en 145 países del mundo, es calificada por la portavoz como una flagrante violación del derecho a la vida y una forma de tortura que, además, ha demostrado no tener efecto disuasorio.
Un alarmante repunte global de ejecuciones
Los datos más recientes de Amnistía Internacional confirman una tendencia global preocupante. En su último informe anual, la organización documentó más de 1.500 ejecuciones en 15 países en 2024, sin contabilizar los miles que se estima que tuvieron lugar en naciones como China, Vietnam y Corea del Norte, donde las cifras se mantienen como secreto de Estado. Esta cifra supone un aumento del 32% respecto a las 1.153 ejecuciones registradas en 2023.
La concentración de la pena capital es geográfica: el 91% de las ejecuciones conocidas se produjeron en Oriente Medio, siendo Irán, Arabia Saudí e Iraq los principales responsables de esta estadística. El informe también destaca la alarmante cifra de 637 ejecuciones por delitos relacionados con las drogas, lo que representa el 42% del total global. La mayoría de estos casos se concentraron en Arabia Saudí e Irán, una práctica que viola el derecho internacional al aplicar la pena de muerte por delitos no violentos.
La voz de Flor Baena, con su resonancia histórica desde Vigo, se suma así a un clamor internacional que busca poner fin a esta práctica atroz. Su testimonio es un recordatorio de que la lucha por los derechos humanos y la justicia es una batalla constante que trasciende fronteras y generaciones.