Hay que reconocerle al Concello la cintura que ha tenido este viernes, o los reflejos, para conseguir mejorar con el paso de las horas una situación en la Avenida de Madrid que comenzó siendo un tanto caótica.
¿La razón? La nueva turbo rotonda, instalada ayer a la altura del Alcampo y objeto de estudio por parte de los técnicos municipales para saber si la circunferencia que ahora tiene es la que mejor permite la circulación del tráfico en la entrada y salida de Vigo o si acaso será necesario achicar o tal vez ampliarla.
Mientras esa decisión se toma en los despachos, a pie de calle, sobre el asfalto, los conductores fueron esta mañana víctimas de la falta de señalización, lo que generó mucho bocinazo, multitud de amagos de pequeños toques entre vehículos y, sobre todo, desconcierto por parte de los conductores.
El principal problema lo tuvieron los conductores que se dirigían hacia O Porriño y que se acercaron a la rotonda por el carril más a la izquierda de cuantos conducen hacia el seminario. Al llegar a la turbo rotonda se encontraban sin esperarlo con una señalización amarilla que impide continuar hacia la A-55 y obliga a girar hacia El Gandarón, como se puede comprobar en el siguiente video.
Como se puede ver en el vídeo, las únicas indicaciones que advierten de lo que viene están en el asfalto, y muchos conductores, cuando se querían dar cuenta estaban avanzando hacia donde no querían. Al intentar rectificar, como es de esperar, venía el sonido de claxon, los frenazos y algún insulto, que de eso siempre hay.
Sin embargo, como decíamos al principio, el Concello actuó rápido y a media tarde nuevas indicaciones, esta vez verticales, sirvieron para mejorar la situación, como se ve en esta fotografía.
Esa pegatina mejoró las cosas, y aunque las confusiones siguieron produciéndose, al fin y al cabo la turbo rotonda se acaba de estrenar, ya no fue lo mismo. Afortunadamente.