Marcos González, el barista vigués que hace el mejor café de España, volvió de Milán -donde compitió en el Campeonato Mundial el pasado fin de semana- con más ilusión y ganas renovadas por continuar en la lucha hacia el ansiado título. Y lo tiene claro: «La meta es ser campeón del mundo y creo que podemos conseguirlo. Estoy seguro», valoró a VIGOÉ ya aterrizado en la ciudad y con unos días de descanso por delante.
En este 2025, tras ser proclamado campeón nacional por segundo año consecutivo, no pudo ser. Quedó en el puesto 42 en una competición que ganó Australia. Lo cierto es que iba al campeonato muy motivado pero siendo completamente realista. Y es que el hecho de haber estado fuera de los circuitos internacionales durante 6 años debido a la mala gestión de la Specialty Coffee Association (SCA) en España era un hándicap con el que contaba. De hecho, la última representación del país fue en Boston en 2019, siendo Marcos también la persona que participó. «Con el resultado del puesto no estoy contento pero visualizando el nivel que había y se exigía, ya estamos aprendiendo y viendo en qué fallamos«, evalúa.
Así, en un claro ejercicio de autocrítica, señala las cuestiones que cree hicieron posible no llegar a competir mejor y haber podido tener otro puesto que, en este caso, fue peor que en la anterior cita de Boston, donde quedó de 31 del mundo. Haber arriesgado con la propuesta del ‘expresso’ en el ejercicio y la «dificultad» añadida del idioma son dos de las cuestiones que apunta.
«El expresso tenía que haber sido menos arriesgado. No íbamos del todo contentos», reconoce. Sin embargo, se muestra muy tranquilo y optimista por el trabajo hecho. «Lo gocé. Me quedo con lo positivo», señala, considerando que ha sido todo un aprendizaje para llegar a la meta de ser campeón que, como cree claramente, acabará llegando. «Estamos analizando el porcentaje de mejora, ya sabemos por dónde tenemos que ir y valorar todo lo que hicimos», considera. Y sigue: «Parece una derrota pero es la posición que tenemos que tener en este momento», analiza.
Por eso tiene claro que el título llegará pero, sobre todo, por el grupo de trabajo que tiene detrás y el apoyo inconmensurable de los socios y dueños de Delikia, la empresa de vending que lo descubrió y ‘lanzó’ al estrellato. «El trabajo que hicimos se verá recompensado», augura. Sabe que así será si continúan en la misma línea que hasta ahora y siguen estando en los circuitos y competiciones. «Tienes que estar ahí. Lo que a ti te parece increíble, es lo normal», cuenta en relación a lo vivido en el Mundial el fin de semana pasado.
Y para ello mantiene la apuesta de la empresa hacia su trabajo así como al hecho de seguir en la competición. «Es increíble la suerte que tengo. Tenemos que continuar. Estamos abriendo camino al mundo del café en España», valora con respecto a los socios de Delikia: Manuel Quelle, José Antonio Vázquez y José Manuel Pallares, sus máximos defensores que también estuvieron a su lado en Milán, y que además ve como un «ejemplo a seguir». «Mi mayor espejo son ellos», les dedica. «El objetivo era volver», dice.
“Para Delikia es un orgullo contar con Marcos en nuestro equipo. Su talento y su compromiso con la excelencia representan a la perfección los valores de la compañía: pasión por el trabajo bien hecho, innovación y cercanía”, afirman desde la dirección de la compañía.

El apoyo de sus jefes también lo sintió con sus compañeros y toda la delegación que lo acompañó a Italia así como los que lo siguieron a través de las redes sociales. En Milán estuvo con un grupo compuesto por unas 80 personas -entre las que se encontraba la familia Lasso, sus productores en origen- de las que sintió el aliento y respaldo sin fisuras. «Estaba yo solo y con la concentración al máximo y cuando levanté la cabeza… la ovación final fue…», rememora.
En este sentido, otro de sus hándicap fue el idioma y las «dificultades» que veía para poder expresar del mismo modo que si hiciese el ejercicio en castellano. Y todo ello pese a controlar por completo el inglés y el tener una ‘teacher’ que le ayudó en todo momento con la transmisión de emociones y sentimientos. «Me pasó en la hora previa. Tenía ese miedo del idioma», acepta.
Más que un trabajo
Con todo, esta experiencia le sirve para seguir aprendiendo y mejorando hasta el punto, dice, de no tomárselo como un trabajo. «Pienso 24 horas, es la creatividad que te viene en todo momento», señala. Pero sabe que es algo que puede hacer porque lo vive «en conjunto» y lo comparte con su familia, amigos y jefes. «Es algo que me hace muy feliz y me sale natural. Si quieres estar en la élite de algo tiene que ser así. Tienes a todo el mundo tirando a tu alrededor. Es ilusionante», admite.
Así, los próximos pasos para seguir estando en la terna de la competición internacional pasan, nuevamente, por el Campeonato de España, que se celebrará en febrero del año 2026. «Es el siguiente partido», dice, señalando que intentará tirar de nuevos contactos y amistades que le ayuden en las futuras competiciones.
De hecho, ya está trabajando en este nuevo paso, incluso con viajes en la cabeza para conseguir el mejor café de origen. Y aunque reconoce que «va a estar complicado» revalidar el título por tercera vez, no se amedrenta. «El nivel en España es altísimo pero hay que trabajar y trabajar, como decía mi abueliña», concluye.

Lleva el café de especialidad a la élite mundial
Marcos descubrió su vocación en la cafetería familiar de Vigo, donde trabajaba desde joven. Su pasión por el café nació al asistir a un curso de barista y ver cómo una taza podía convertirse en una experiencia sensorial. Formado en Monforte, A Guarda y Barcelona, ha unido técnica, química y curiosidad hasta convertirse en uno de los baristas más destacados de España.
Como barista y responsable del departamento de Innovación del Café de Delikia y fundador de Root Café, lidera el proceso de selección y tueste de cada grano, viajando a países como Nicaragua, Colombia, Brasil, Vietnam o Etiopía para conocer de primera mano el trabajo de los productores. Convencido de que “cada grano tiene una historia que merece ser contada”, su objetivo es claro: que cada persona no solo beba café, sino que disfrute preparándolo y descubra todo el esfuerzo que hay detrás de cada taza.






















