Vigo se prepara para recibir una dosis de innovación dulce. Tras consolidar su éxito en Pontevedra, la churrería Maison Sucrée ha elegido la ciudad olívica para su expansión, inaugurando un nuevo local en una de las zonas más neurálgicas de la urbe. Ubicado en la céntrica calle Eduardo Iglesias, 10, este nuevo establecimiento no solo busca satisfacer a los amantes del chocolate con churros, sino también sorprender al público con combinaciones atrevidas que prometen convertirse en la nueva obsesión viral.
Una apertura estratégica en pleno centro de Vigo
La elección de la ubicación es clave para la estrategia de la firma. La gerencia de Maison Sucrée, consciente del movimiento y la visibilidad de la zona, buscaba intencionadamente un punto de encuentro accesible y de alto tránsito. «Nosotros ya teníamos experiencia en Pontevedra, por lo que para nuestro salto a Vigo buscábamos un espacio céntrico y con potencial,» explican desde la dirección, destacando la importancia de la localización para una apertura de esta envergadura.





La nueva churrería, que celebró su inauguración el pasado sábado 13 y comienza su andadura a pleno rendimiento esta semana, operará en un horario de doble jornada: de 9:30 a 13:30 horas y de 17:00 a 21:30 horas, cubriendo así tanto los desayunos y medias mañanas como la hora de la merienda y el afterwork dulce.
De lo artesano al gourmet
La filosofía de Maison Sucrée se basa en el producto artesano, ofreciendo churros crujientes y recién hechos, la base perfecta para su propuesta innovadora. Sin embargo, lo que realmente ha cautivado a sus primeros clientes y lo que la diferencia de las churrerías tradicionales es la audacia de su carta.
Y es que la oferta de Maison Sucrée es un ejercicio de equilibrio entre la fidelidad a la tradición y la búsqueda de la vanguardia dulce. En el apartado más clásico, el cliente encontrará los churros clásicos y churros con canela, la base de la churrerría de siempre, disponibles en cómodas raciones de seis o doce unidades para compartir o disfrutar en solitario.





Sin embargo, la innovación toma el protagonismo con las especialidades de la casa. Los churros con chocolate elevan el clásico al permitir elegir el tipo de cobertura: chocolate con leche, blanco o negro. Pero la auténtica sorpresa llega con las creaciones más audaces, como los churros con pistacho, desarrollados específicamente para su llegada a Vigo y cubiertos con una suave y sabrosa crema de este fruto seco. Finalmente, la fusión más atrevida se encuentra en los churros Twix, una deliciosa combinación que evoca el famoso snack al estar bañados en crema de caramelo y cacahuete.
«En Maison Sucrée se pueden encontrar desde los churros más clásicos hasta opciones con cobertura de pistacho (que hemos elaborado para nuestra llegada a la ciudad) o los populares churros cubiertos con caramelo y cacahuete,» comentan desde la gerencia.
La innovación cautiva al paladar
La respuesta del público en Vigo confirman el acierto de la estrategia. La idea de tomar un producto tan arraigado y someterlo a un proceso de reinvención está funcionando.
«Creemos que nuestra propuesta es innovadora y que puede cautivar los paladares de los vigueses,» afirman. La sorpresa es un elemento clave en la experiencia del cliente. «Las personas que han probado nuestros churros se han ido no solo contentos, sino sorprendidos de cómo se puede innovar tanto a partir de un producto tan tradicional».
Maison Sucrée no solo vende churros, vende una experiencia gourmet que, gracias a su estética y a sus sabores, está destinada a triunfar en el universo de las redes sociales. Se consolida así como un nuevo referente dulce en Vigo, combinando el calor de la tradición con el espíritu vanguardista que demanda la gastronomía moderna.


























