En el corazón de Galicia, donde el marisco y el caldo reinan en las mesas, El Torraet ha decidido tender un puente culinario hacia el Levante. Este chef privado, con más de una década de experiencia, ha transformado la paella (ese emblema valenciano del arroz dorado y el socarrat crujiente) en una experiencia íntima y personalizada que se cocina en los hogares de sus clientes. Su propuesta, que combina entrantes, paella y postres a medida, no sólo desafía la logística de cocinar a domicilio, sino que fusiona dos culturas gastronómicas separadas por cientos de kilómetros.
Un viaje culinario que une Valencia y Galicia
La historia de El Torraet nace de un periplo personal y profesional. José, con 12 años de trayectoria en cocinas de todo tipo, desde la mexicana hasta la alta cocina con chefs con estrellas, encontró su chispa en la prestigiosa Escola La Rajola de Valencia. “Siempre he querido innovar y salirme de mi zona de confort”, confiesa. Fue en esas aulas, entre maestros paelleros, donde germinó la idea de llevar la paella tradicional a Galicia, una tierra donde el arroz se cocina con maestría, pero rara vez en la icónica paellera que evoca el Levante. “En Galicia tenemos buenos arroces de marisco, pero la paella tradicional, con su ritual y su fuego, es algo que nos faltaba”, explica.
Sus frecuentes viajes a Valencia por motivos familiares alimentaron esta pasión. Cada paella probada era una lección, cada conversación con paelleros, una inspiración. Así, El Torraet se convirtió en un proyecto de “cultura mixta”, un esfuerzo por acercar el sabor valenciano a los hogares gallegos, adaptándolo con un toque local que no traiciona la esencia.
El Torraet: Más que un socarrat, una filosofía
El nombre “El Torraet” es un guiño al socarrat, esa costra tostada y crujiente que los amantes de la paella persiguen con devoción. Pero José quiso ir más allá del término clásico. “Socarrat es muy reconocible en el mundo gastronómico, pero queríamos algo más cercano al pueblo, una palabra coloquial que resonara en el Levante y fuera un descubrimiento para los de fuera”, detalla. El Torraet, entonces, no es solo un homenaje al arroz en su punto perfecto, sino un símbolo de accesibilidad y conexión con la tradición.
Este enfoque de cercanía se refleja en su propuesta: menús personalizados que van desde una paella con postre hasta experiencias completas con entrantes, menaje y servicio. La versatilidad es clave. El Torraet no se limita a la paella valenciana clásica (aunque la respeta profundamente), sino que experimenta con versiones que abrazan la despensa gallega. Un ejemplo es su paella de lacón con grelos y chorizo de Lalín, una fusión que desafía los purismos sin disculparse. “No vemos los ingredientes como ‘pecados’. El único error es no probar algo nuevo”, sentencia.
El arte de cocinar en el hogar ajeno
Cocinar una paella en un domicilio ajeno es un desafío que combina precisión logística con improvisación creativa. El Torraet lo aborda con una organización casi militar: listas detalladas, empaquetado meticuloso y una comunicación fluida con el cliente. “Pedimos fotos del espacio para anticiparnos a cualquier circunstancia”, explica. Cada cocina es un mundo, con sus limitaciones de espacio o equipo, pero su experiencia le permite adaptarse. “La clave es el bagaje. Después de tantos años, sabes cómo reaccionar ante lo inesperado”.
El proceso comienza mucho antes del evento. Tras acordar el menú con el cliente, el equipo de El Torraet selecciona productos locales de alta calidad, una prioridad que no solo garantiza frescura, sino que refuerza su compromiso con la sostenibilidad. El día del evento, el chef y su equipo llegan, montan su “campamento” y cocinan en directo, invitando a los comensales a acercarse al fuego si lo desean. “No somos un catering que trae todo hecho. Queremos que vivan la experiencia del cocinado”, subraya. Una vez servido el último bocado, recogen y limpian, dejando el hogar tan impecable como lo encontraron.
Una experiencia para todos los paladares y bolsillos
El Torraet no se dirige solo a élites. José lo deja claro: “Queríamos que todos pudieran disfrutar de una experiencia privada y exclusiva”. Sus clientes son tan variados como sus menús: familias celebrando cumpleaños, bautizos o grupos de amigos buscando un plan diferente. Incluso ha servido a ejecutivos en cenas de negocios, pero su orgullo radica en la accesibilidad. “Hemos diseñado menús para todos los bolsillos, desde lo más básico hasta lo más completo, siempre adaptándonos a las necesidades del cliente”.
Esta filosofía de inclusión se extiende a la personalización. Cada menú se construye en diálogo con el cliente, teniendo en cuenta gustos, alergias o incluso historias personales. El resultado es una paella que no solo alimenta, sino que cuenta una historia. “Cocinar a domicilio es un lujo al alcance de todos”, afirma. “Nosotros nos encargamos de todo para que el cliente solo piense en disfrutar con los suyos”.
Sabores que conectan
El Torraet es más que un negocio, es un vehículo para unir personas. En un mundo donde los restaurantes a menudo imponen prisas y bullicios, su servicio ofrece calma y conexión. “Cocinar en tu casa, en tu ambiente, es una forma de devolverle el protagonismo a la comida como acto social”, reflexiona. Su visión no termina en Galicia. Aunque por ahora prefiere consolidar su proyecto localmente, no descarta expandirse, llevando su paellera a otros rincones de España.
Mientras tanto, El Torraet sigue compartiendo su arte, inspirado tanto por maestros valencianos como por la riqueza gastronómica gallega. Su consejo para los aficionados es simple pero rotundo: “Usa un buen arroz, un caldo de calidad y controla el fuego. Pero, sobre todo, cocina con cariño”. Porque en cada grano de arroz, en cada torraet perfectamente tostado, hay una historia de esfuerzo, pasión y unión. Y eso, en el fondo, es lo que hace de El Torraet una experiencia inolvidable.