El Real Club Celta, a través de su Fundación, protagonizó ayer una de las jornadas más especiales y emotivas del año con su tradicional visita navideña a las áreas de Pediatría y Urgencias del Hospital Álvaro Cunqueiro. La expedición, compuesta por la primera plantilla, el cuerpo técnico y la presidenta, Marián Mouriño, junto a otros representantes del club, recorrió las habitaciones del centro hospitalario para compartir unos minutos con los pacientes y sus familias.
En un ambiente cercano y cargado de emoción, la visita se convirtió en un necesario respiro para los ingresados en estas fechas. Los jugadores se dedicaron a entregar regalos, firmar balones y autógrafos, siendo la sonrisa de los niños, un año más, el mejor obsequio recibido por el club.
Un bullicio de ilusión en los pasillos hospitalarios
La delegación céltica, de carácter extenso dada la trascendencia social del acto, se adentró en el Hospital Álvaro Cunqueiro con el claro objetivo de disipar la rutina hospitalaria. Por un día, los pasillos del centro pasaron a tener un notable bullicio, llevando el espíritu del club no solo a los pequeños, sino también a algunos pacientes adultos que atraviesan días difíciles.
Los niños recibieron balones autografiados, un notable recuerdo para tiempos complicados que les permite atesorar un momento de ilusión.




El equipo celeste enfatizó la importancia de su labor fuera del terreno de juego. El portero Iván Villar resumió el espíritu de la jornada: “Dentro de lo que está en nuestra mano, queremos ayudar. Sabemos que están en un momento difícil y, por lo menos, queremos sacar una sonrisa para que lo puedan pasar mejor los pacientes”.
Desde la estructura del club, Germán Arteta, de la Fundación Celta, destacó que esta visita es “la más esperada del año” por parte de la entidad. El impacto del gesto también fue subrayado por el personal sanitario. Elva Iglesias, coordinadora de Guardias de Vigo, expresó que desde el aspecto médico “una jornada así es un estímulo positivo” para los pacientes.
El club, que resumió la jornada en sus perfiles sociales como “Uno de los días más bonitos del año”, reafirma con este acto el valor del celtismo como una herramienta de labor social. La visita navideña se consolida como un ejemplo de que la entidad deportiva tiene la responsabilidad de esparcir afecto y esperanza, sembrando sonrisas en momentos delicados.






















