Como no parecen suficientes tres carteles bien grandes en tres zonas diferentes, en los que se indican las delimitaciones y normas de la playa canina, así como dos postes de madera en medio del arenal también con carteles, ahora se suman señales de tráfico de direcciones prohibidas y obligatorias con un perrito dibujado.
¿Pero esto qué es? Hay más señales en esta playa de 200 m de largo que en la autopista del Atlántico.
¿Una sugerencia… por qué no ponen cinco carteles más? Uno en inglés, otro en francés, otro en portugués, otro en italiano y, ya puestos, otro en arameo, por si acaso.
¿Y qué pasa con el resto de infracciones? ¿No van a poner una señal que prohíba el paso a las rocas, otra a la duna y otra a la marisma? Porque eso tampoco lo entienden en el plano.
¿Y qué tal una pantalla de plasma en la que se vea un perro cagando y un humano recogiendo la cagada?
A estas personas ya se ha intentado comunicarles las normas con el lenguaje oral, pero se ve que tampoco funciona, porque te mandan a tomar por ese punto donde la espalda pierde su nombre.
Pero ¿en serio piensan que infringen las normas porque no saben leer o porque no se ve bien el cartel?
Pues ahí están. Reincidiendo una y otra vez aún con las enormes nuevas señales bien a la vista.
¿Qué será lo siguiente?¿Carteles con luces de neón?
Vamos a ver… No cumplen las normas porque no les da la gana. Todavía les falta mucho para poder utilizar un espacio así. Alcalde, concejala y técnicos ¿Lo entienden o hay que ponerles señales a ustedes también?
Firmado: Ana Prado Comesaña























