Estoy preocupado, diría que muy preocupado por unas cuantas empresas periodísticas que pueden entrar en una época complicada. Estas compañías de comunicación han gozado de siete años placenteros en su actividad de trasladar la actualidad entre la clase política y la ciudadanía. Digamos que había una cierta cercanía entre ellas y el Poder, de forma que casi siempre eran (sus periodistas) los elegidos para entrevistar a nuestros dirigentes, y para gozar de turno en las preguntas de las ruedas de prensa. Y por supuesto ese Poder no les tildaba de «pseudomedios».
Pero el pasado 10 de junio algo se rompió en esa estrecha relación entre periodistas y políticos. Y todo debido a las filtraciones de un informe de nuestro instituto armado, sobre actividades (presuntamente ilícitas) de ciertos representantes del partido en el poder. Esas filtraciones en forma de grabaciones parecen tener una cierta gravedad y han producido un tsunami político.
Pues precisamente ese mismo día 10 por la noche, en un informativo nocturno de TVE, el presentador (natural de Pontevedra) manifestó una serie de frases (en contra del Poder) inimaginables hace unas semanas.
Digamos que esas informaciones han comenzado a abrir una pequeña (pero preocupante) brecha en la nave gubernamental. Esa incisión en el casco del barco se podrá agrandar cuando conozcamos más audios sobre el tema. Y cuando esa brecha sea definitiva, como la sufrida por el Titanic en su día, ¿qué es lo que va a pasar? Todo ese grupo de periodistas íntimamente ligados al Poder, ¿qué va a ser de esas personas? ¿Seguirán en sus trece o experimentarán un cambio que les haga ver la realidad de otra forma? ¿Se acercarán al nuevo Poder, si éste llegara algun dia?
Lo repito, no sé que pasará con estos profesionales. Por eso estoy preocupado, absolutamente preocupado.
NOTA – E.O.S. – Equipo de Opinión Sincronizada