En la ciudad de Londres, por ejemplo, cuando anochece, pueden observarse zorros callejeros que ya se han adaptado a la vida urbanita y que se alimentan de las basuras. Son muy desconfiados y huidizos y en cuanto ven a un humano se alejan con rapidez. La fotografía ha salido movida como consecuencia de la rapidez en su huida, en una calle londinense tan céntrica como Old Street, en la proximidades de la City, pero valga como testimonio de una realidad paralela a la nuestra.