Este martes tuvo lugar la presentación a medios en rueda de prensa en la que estuvieron Cristina Iglesias, coordinadora adjunta de Sedes y Centros de Afundación, y Leonor Gago, directora de Concerlírica. Las entradas para este espectáculo pueden adquirirse a través de los canales habituales de la entidad en Ataquilla.com o bien a través del teléfono 902 504 500.
En 1904, B. F. Pinkerton, un oficial de la Armada estadounidense alquila una casa sobre una colina en Nagasaki, Japón, para sí y su prometida, la quinceañera Cio-Cio-San, apodada Butterfly. Por intermedio del casamentero Goro, el marino ha arreglado su matrimonio con la muchacha, quien ve en ese vínculo un compromiso de por vida, pero para Pinkerton solo se trata de una aventura fuera de su país. Como las leyes de divorcio japonesas son muy laxas, su secreta intención es divorciarse de la joven nipona una vez que encuentre la esposa estadounidense adecuada. La boda tendrá lugar en la casa, y Butterfly se convierte secretamente del budismo al cristianismo. Su tío Bonzo, un monje budista, maldice a la joven y ordena a todos los invitados que se vayan y que reniegan de ella.
Tres años después, Butterfly continúa a la espera del regreso de Pinkerton, quien partió a Estados Unidos poco después de la boda. Cuando el cónsul estadounidense Sharpless, conocedor del nuevo matrimonio de Pinkerton, trata de convencer a la joven de que se case con el rico príncipe Yamadori, Butterfly le revela que tuvo un hijo del oficial, producto de su noche de bodas. El diplomático ve cómo Butterfly, desolada, toma al niño en sus brazos y canta su dolorosa aria Che tua madre dovrá, en la que explica que sin dinero y sin un marido que la proteja, tendrá que pedir dinero en las calles o cantar.
Cuando Pinkerton ve cómo Butterfly ha decorado la casa para su regreso, se da cuenta de que ha cometido un gran error. Admite que es un cobarde y no puede enfrentarse a ella, de manera que Suzuki, Sharpless y Kate la informan de sus planes de adopción para llevarse al niño a Estados Unidos. Butterfly se muestra conforme si Pinkerton va él mismo a verla. Mientras espera, pide perdón ante una estatua de Buda, se despide de su hijo y le tapa los ojos. Luego se retira a sus habitaciones y se clava el cuchillo de su padre. Tambaleante, besa a su hijo y muere. Pinkerton se apresura a entrar, pero es demasiado tarde.