No está al alcance de todos los bolsillos. Pero los amantes de la historia, la arquitectura y el patrimonio cultural están de enhorabuena si quieren hacerse con una histórica y emblemática propiedad que se encuentra, además, a pie de playa.
Se trata de la joya arquitectónica conocida como Torre Quirosno, una casa con historia que fue diseñada en 1938 por el arquitecto Emilio Salgado Urtiaga, discípulo de Antonio Palacios, destacando por su estilo regionalista de piedra granítica y su torre coronada por almenas y detalles ornamentales, lo que le da un carácter medieval además de una «personalidad inigualable», como destacan en el anuncio publicado en la web de la inmobiliaria Ático Zero, que se encarga de su promoción.
Pero no se queda ahí ya que su ubicación en el entorno natural de Playa América y sus vistas al mar que baña el municipio de Nigrán es otra de las ventajas que se tiene de cara a la temporada estival. Todo un lujo para quien pueda abonar los 3,2 millones de euros que piden por su adquisición.
La propiedad está levantada sobre una parcela de 598 m2 y se divide en dos residencias independientes. De hecho, la casa señorial cuenta con 320 m2 de superficie construida que se distribuyen en cinco plantas con 11 dormitorios, 6 baños y un garaje.
Y además del completo chalet, jardín privado, cenador, terraza con panorámica al océano, zona de barbacoa, el torreón -donde hay un mini dúplex- así como múltiples espacios amplios y versátiles y grandes ventanales además de contar con acceso directo al paseo de Playa América.
Según apuntan desde la inmobiliaria, se trata de una «oportunidad ideal» para destinarlo a residencia principal, segunda vivienda o, incluso, como ya avanzan, «proyecto turístico exclusivo».
Con todo, esta pieza única de la arquitectura gallega del siglo XX se pone a la venta combinando la «majestuosidad de su estructura histórica» con su carácter residencial. Todo para ofrecer a quien pueda abonar los 3,2 millones de euros un «refugio de paz y privacidad» en pleno corazón del Val Miñor así como un símbolo e icono paisajístico del arenal de Nigrán que siempre ha llamado la atención de visitantes y locales.