El Consorcio Casco Vello de Vigo (CCVV) vivió este jueves un día de máxima celebración en el edificio Redeiras que la Universidad de Vigo tiene en la Praza do Berbés. Así se vislumbraba en las caras de todos los que a lo largo de sus 20 años de existencia tuvieron peso y gestión sobre este organismo que dio sus primeros pasos allá por el año 2004.
Fue en esa fecha cuando la entonces alcaldesa Corina Porro firmó el primer convenio de colaboración con Alberto Núñez Feijóo como conselleiro de Obras Públicas y Pablo Egerique, delegado del Estado para Zona Franca, decidiendo así la cooperación inicial conjunta de las tres administraciones. La inversión: 30,5 millones de euros que, hasta el día de hoy, permitió adquirir un total de 93 inmuebles para dar lugar a la rehabilitación integral de 79 edificios y conseguir así 142 viviendas y 36 locales comerciales.
Y todo ello para dar un lavado de cara total al barrio histórico, sobre todo en la zona alta del Casco Vello, transformando así el viejo barrio chino de Vigo en un lugar de excepción para residir habida cuenta de la apuesta que las 140 familias hicieron eligiendo esta zona para fijar su residencia y su hogar familiar.
Con todo, esa idea que nació con Corina Porro -hoy presente en el acto de conmemoración del 20 aniversario- fue especialmente valorada por la concejala de Urbanismo de Vigo, María José Caride, y por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, representantes de las administraciones consorciadas a día de hoy con un 10 y 90% de participación.
Durante todos estos años el gerente del organismo fue el mismo, Alfonso Ramos, que con un pequeño equipo a su cargo en el que destaca Nuria Campos como arquitecta, fueron los responsables de dar otra vida a la zona histórica de la ciudad. Y junto a ellos, multitud de estudios de arquitectura, casi todos de Vigo y su área, que fueron diseñando y marcando la hoja de ruta que también completan las empresas de construcción encargadas de ejecutar las obras de rehabilitación.
El acto de este jueves sirvió para honrar su trabajo pero también el de los responsables que tenían que gestionar y tomar las decisiones, como es el caso de los presidentes que el organismo tuvo todos estos años. Chema Figueroa, Santi Domínguez, Lucía Molares, Ignacio López-Chaves, María José Bravo Bosch, Corina Porro y la actual delegada de la Xunta, Ana Ortiz, ostentaron este cargo. Todos estuvieron en la cita de hoy en el edificio Redeiras, a excepción de Bravo Bosch y Chema Figueroa.
Y ante un nutrido grupo de invitados, en el que se encontraban arquitectos, asociaciones de vecinos y representantes de otras administraciones, fue precisamente Ana Ortiz la que puso el foco en otro de los actores implicados en la rehabilitación integral de la zona antigua: las familias, los vecinos que «de una forma u otra» contribuyeron al resultado final y a lograr que el Casco Vello de Vigo sea un espacio de «reconstrucción para la gente».
Antes de Ortiz, el rector de la Universidad de Vigo, Manuel Reigosa, fue el encargado de abrir el acto por estar en ‘su casa’ destacando así la «nueva vida» que se le da a los antiguos edificios del Casco Vello, tal y como en su día hizo la Universidad con Redeiras, actuación que fue fruto de una colaboración conjunta entre CCVV y UVigo tras la cesión de superficie de tres inmuebles.
La proyección de un vídeo sobre la rehabilitación del Casco Vello detallando que está «máis novo que nunca, máis vivo que nunca» fue la forma de continuar el acto, en el que también tuvo intervención el presidente de la delegación viguesa del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG), Manuel Martínez Carazo, quien hizo mención a la canción ‘El tiempo futuro’ de los vigueses Eladio y los seres queridos y a su videoclip como mejor muestra de lo que es Vigo y el Casco Vello.
«Es la arquitectura popular», consideró. El mejor «ejemplo» de regeneración urbana que se podía haber hecho ante una zona antigua con una «degradación máxima» para pasar a convertirse en un «conjunto de rehabilitaciones» que se llevó a cabo con «tesón y perseverancia». «Es el gran logro del Consorcio», dijo, matizando así el momento de reconocer el trabajo de todos sus responsables y trabajadores y resaltando el hecho de «combinar» tradición y modernidad con el objetivo de mantener la «esencia histórica». «Es compatible», valoró.
Por último, los responsables de las instituciones públicas responsables de la financiación del Consorcio, Caride y Rueda, subrayaron la forma de trabajar del Consorcio y los resultados obtenidos tras estos 20 años de trabajo.
«Es un magnífico ejemplo», dijo la concejala de Urbanismo, quien apostó por «sentirse orgullosos de nuestro pasado» y de «velar por el patrimonio» de la ciudad, recordando la situación del BIC del Casco Vello de Vigo.
Por su parte, el presidente de la Xunta cerró el acto felicitando a todos los implicados y valorando la «valiente y arriesgada» idea de haber constituido hace 20 años el CCVV. «Muchas ciudades optaron por no hacerlo. El esfuerzo de dar una segunda vida al origen. Se tomó esa decisión y 20 años después estamos aquí», subrayó Rueda, celebrando las «magníficas rehabilitaciones» y poniendo el foco en «cuidar» y «enaltecer» lo antiguo.
“Si dejas que se degrade una parte de la ciudad, especialmente una tan importante como es el Casco Vello, lo que se acaba degradando es la propia urbe”, manifestó, apelando así a que su cuidado permite “dar una nueva vida y mantener el orgullo de ciudad”, comprometiendo así el trabajo y colaboración de la Xunta tras la firma del nuevo convenio de colaboración, que supone continuar con el trabajo rehabilitador hasta el 2030 con una inversión adicional de casi 8 millones de euros entre las dos administraciones y, como bien, concluyó, «con independencia de colores políticas».
Un trabajo que, previamente al acto celebrado en el edificio Redeiras, Alfonso Rueda tuvo ocasión de conocer acompañado de la conselleira de Vivenda, María Martínez Allegue, y de otros cargos institucionales, recorriendo las calles del barrio y parándose en algunos de los locales y viviendas que se recuperaron durante estos 20 años.
