Vigo visto nacer talentos inesperados, y Marina Troncoso es uno de los más sorprendentes. A sus 71 años, esta viguesa, presidenta de Aulas Abertas en la Universidad de Vigo, ha sido nominada a mejor actriz de reparto en la primera lista de los Premios Gaudí por su rol en Romería, la última cinta de Carla Simón. El anuncio sitúa a esta debutante en una contienda que se definirá el 16 de diciembre, cuando se revele la lista definitiva de nominados.
Un debut que cruza océanos y alfombras rojas
Todo empezó por una casualidad, como esas tramas que Simón teje con maestría en sus guiones. Un amigo recomendó a Troncoso para un pequeño papel de «señora» en Romería, rodado precisamente en las calles y paisajes de Vigo. Tras varios castings (incluyendo improvisaciones con otros actores), la realizadora catalana vio en ella a la abuela materna de la protagonista, un personaje cargado de silencios y herencias dolorosas. «No me veo reflejada en la pantalla. Físicamente soy yo, pero no soy esa persona. Hice el personaje que Carla me pidió», confesó la actriz en una entrevista reciente, donde atribuye el mérito a la dirección de Simón, experta en trabajar con no profesionales para capturar esencias naturales.
El salto a la fama llegó con estrépito: Romería compitió por la Palma de Oro en la Sección Oficial del Festival de Cannes 2025. Troncoso pisó la alfombra roja con un atuendo sobrio, fiel al tono austero de la película, y vivió la proyección como un torbellino emocional. «Jamás me imaginé en un sitio así», admitía al recordar los 12 minutos de ovación de 3.000 personas. En la gran pantalla, la ría viguesa se desplegaba como un espejo de memorias, y su interpretación (esa abuela distante, marcada por secretos familiares y el espectro de la heroína en los años 90) revivió fantasmas para el propio tío de Simón, quien le susurró: «Has hecho que vea a mi madre de nuevo». Lágrimas, abrazos y un lazo familiar forjado en el set: «El elenco se convirtió en una familia real», rememora.
‘Romería’: memoria, identidad y el pulso de Galicia
La película, que sigue a una joven catalana desenterrando las raíces de su padre en Vigo, aborda con delicadeza temas como la identidad, el duelo generacional y las cicatrices de la adicción. Troncoso encarna a una figura compleja, inspirada en la historia real de la directora, que equilibra ternura y rigidez en un guion donde el pasado irrumpe como las olas atlánticas. Su nominación al Gaudí no solo valida esa autenticidad innata, sino que celebra cómo el cine catalán abraza voces periféricas, como la gallega de esta abuela que, en la ficción, guarda las llaves de un linaje fracturado.
Los Premios Gaudí: faro del audiovisual catalán en España
En el panorama audiovisual español, los Premios Gaudí brillan como el termómetro de la creación catalana, galardonando desde 2010 lo mejor del cine y la televisión producidos en Cataluña. Otorgados por la Acadèmia del Cinema Català, estos galardones (que en su edición 2025 suman más de 20 categorías) no solo reconocen la excelencia técnica y narrativa, sino que impulsan una industria que genera empleo y exporta talentos a festivales globales como Cannes o Venecia. Frente a los Goya nacionales, los Gaudí priorizan la singularidad catalana: en 2024, por ejemplo, 20.000 especies de abejas de Estibaliz Urarte se llevó el premio a mejor dirección novel, consolidando un ecosistema donde el cine de autor convive con producciones accesibles.
Hoy, con plataformas como Filmin y Netflix invirtiendo en coproducciones, los Gaudí se erigen como puente entre lo local y lo universal, atrayendo miradas de toda España y más allá. La nominación de Troncoso subraya cómo el certamen amplifica historias íntimas que resuenan en lo colectivo.

Un futuro entre Aulas Abertas y posibles secuelas
De regreso a Vigo, Troncoso retoma su labor en Aulas Abertas, ese espacio para estudiantes mayores que ella preside con la misma pasión que infundió en su personaje. «He entrado al audiovisual por la puerta más grande posible, pero seguiré con mis cosas. Esto fue algo fortuito», dice, con el orgullo de su familia como telón de fondo. ¿Más cine? Simón ha insinuado secuelas en su universo familiar, y la actriz no cierra puertas: «El mérito es de Carla, que me enseñó a meterme en el personaje». Mientras la lista definitiva de los Gaudí se acerca, Marina Troncoso recuerda que el talento no prescribe.




















