Las Islas Cíes está siendo testigo durante el día de hoy de un hito en el sector del turismo de ultra-lujo. El ‘Star Seeker’, el nuevo buque de pasajeros de la compañía Windstar Cruises, ha elegido las protegidas aguas gallegas para completar sus últimas pruebas de mar, ultimando los detalles de su botadura prevista para el mes de diciembre.
El yate de expedición, que ha estado ajustando su maquinaria y sistemas de navegación cerca del puerto de Viana do Castelo, representa la vanguardia de un concepto de crucero íntimo y de alto valor, diseñado para operar en entornos geográficos extremos. Su presencia en la costa gallega marca la cuenta atrás para su incorporación a la flota de una de las navieras más prestigiosas del segmento premium.
Anatomía de un yate de expedición
El Star Seeker abandona la fisonomía de los grandes complejos flotantes para abrazar la filosofía del yate de lujo. Con una eslora de 126 metros, el buque está concebido para transportar un máximo de 224 huéspedes en un total de 112 suites.
La experiencia a bordo está marcada por la exclusividad ya que los pequeños detalles son el alma del crucero. Todas las suites disponen de veranda privada y su ratio de tripulación, casi un miembro por cada dos pasajeros, garantizando un servicio altamente personalizado.
El yate incorpora un spa y un centro de fitness que ocupan dos pisos completos, además de su icónica Plataforma Marina en popa, que permite a los huéspedes acceder directamente al agua para realizar deportes náuticos.
Su casco reforzado le permite navegar en entornos fríos e incluso con hielo, una característica clave para sus rutas previstas.




De Alaska a Japón
El verdadero valor estratégico del Star Seeker reside en su diseño específico para la exploración de destinos remotos. Su tamaño y maniobrabilidad han sido claves en la planificación de sus itinerarios, que se centrarán en dos grandes mercados geográficos: Alaska y Asia (especialmente Japón).
Stijn Creupelandt, director de operaciones de Windstar Cruises, subrayó la estrategia de la compañía durante la fase de construcción: «El Star Seeker fue construido específicamente para destinos como Alaska y Japón. Es lo suficientemente pequeño para acceder a puertos escondidos y estrechos pasajes, y lo suficientemente íntimo para que cada huésped se sienta conectado».
Esta capacidad de penetración geográfica le permite realizar maniobras que son imposibles para los cruceros convencionales.



El nuevo concepto de crucero activo
En las aguas de Alaska, el Star Seeker promete una inmersión total en el paisaje. Gracias a su tamaño, podrá llevar a los huéspedes a un nivel sin precedentes junto a los glaciares en zonas como Kenai Fjords, Tracy Arm o Endicott Arm, y acercarse a los imponentes acantilados de granito de los fiordos de Misty.
La interacción con el medio ambiente es el eje de su propuesta y es que los pasajeros tienen la oportunidad de remar en kayak o explorar en Zodiac, zarpando directamente desde la Plataforma Marina del yate.
Además la oferta del crucero cuenta con guías de expedición especializados están a bordo para ofrecer relatos, conferencias y caminatas guiadas, enriqueciendo la experiencia con conocimientos sobre la fauna, la historia y el patrimonio indígena de lugares como Wrangell.
Opcionalmente, los Cruise Tours permiten a los viajeros combinar la exploración costera de Alaska con viajes terrestres al emblemático Parque Nacional Denali.
Con sus pruebas de mar a punto de finalizar, el Star Seeker se prepara para tomar el relevo de los grandes transatlánticos, marcando una nueva tendencia de lujo, accesibilidad y exploración activa en los rincones más vírgenes del planeta.
























