En Galicia existen pastelerías de enorme prestigio y Ponteareas destaca, además del Corpus, por la tradición de sus artesanos pasteleros y la calidad de sus productos. La Confitería Dinguilindín, ubicada en la Praza Maior, existe desde 1865 y su nombre está vinculado con la campana que existía en una antigua fábrica donde había trabajado el fundador. Con más de ciento sesenta años de existencia siguen fabricando los tradicionales pasteles de toda la vida, los que popularmente se conocen como dulces, además de excelentes tartas entre las que destaca el conocido “pastelón” y las inigualables natillas, que hacen por encargo.
Ahora, ya en la cuarta generación, Dinguilindín sigue manteniendo el mismo proceso en todos sus productos, en el hojaldre, en la crema, en el cabello de ángel…, y sabemos que muchas personas amantes de los buenos pasteles no tienen reparo en desplazarse desde muchos kilómetros para disfrutar de esos tradicionales sabores de antaño que siguen dándole fama. Es una visita obligada.






















