Seguramente sea por el cambio climático, pero lo que es indiscutible es la falta de lluvia en unas fechas en las que la ciudad de Vigo ya acusaba el otoño y la proximidad del invierno. Como consecuencia, el nivel de los embalses que alimentan a la ciudad y su entorno comienza a ser preocupante y el Concello ha adoptado las medidas pertinentes.
Además de suprimir el riego y solicitar la colaboración ciudadana para evitar incómodas restricciones, algunas fuentes permanecen vacías, tal como es el caso de la conocida instalación de “los volcanes”, en la Avenida de Castelao. Resulta muy extraña esta imagen, por supuesto, pero es preferible para salvaguardar el nivel de agua necesaria para el consumo humano. Una decisión acertada.