El Monte do Gozo de Santiago de Compostela se prepara para un estallido de glitter y himnos efervescentes: Katy Perry, la reina del pop que definió una era con bombas de caramelo y fuegos artificiales emocionales, ha sido confirmada como la primera cabeza de cartel de O Son do Camiño 2026.
El festival, que regresa los días 18, 19 y 20 de junio a Santiago, arranca así su temporada de anuncios con una bomba de la magnitud internacional y la promesa de revivir los himnos que marcaron a la juventud de una generación entera, en un directo que promete ser un carnaval visual de primer nivel. Pero en esta confirmación también se cuela una pregunta sutil: ¿puede la nostalgia por «Teenage Dream» eclipsar el declive de una artista que, en los últimos años, ha acaparado titulares más por sus excentricidades que por su sonido?
Una confirmación de lujo para O Son do Camiño
La confirmación de Perry llega con los abonos a la venta este viernes 17 a las 12 del mediodía, y no es un movimiento menor. O Son do Camiño, desde su debut en 2018, ha colgado el «sold out» en todas sus ediciones, atrayendo a más de 100.000 espectadores anuales con un mix de indie estatal y estrellas globales como The Killers o Lenny Kravitz. Confirmar a Perry, icono global, referente de la cultura pop y una de las artistas femeninas más influyentes del siglo XXI, no solo asegura el éxito en la venta de entradas, sino que consolida al evento como un imprescindible en el circuito europeo, capaz de competir con festivales de primera línea.
La promesa de un espectáculo monumental
«Katy Perry es la primera gran confirmación para la próxima edición, preparada para arrasar o Monte do Gozo como só unha auténtica estrela do pop pode facelo», proclamó la organización en redes, adelantando que mañana desvelarán otro cabeza de cartel de similar calibre internacional. Perry, con su repertorio cargado de himnos generacionales como «Firework«, «California Gurls» o «Teenage Dream» (temas que siguen siendo el eje de sus conciertos, incluso en la actual The Lifetimes Tour que promociona «143«), ofrece una experiencia única: un espectáculo de producción hollywoodense, con coreografías y un carisma que transforma estadios en fiestas colectivas.
El crepúsculo de una diva del pop: ¿Nostalgia o relevancia?
Sin embargo, esta confirmación no llega exenta de matices. Kate Perry, que en su pico de 2010-2016 dominó las listas con una frescura lúdica y empoderadora, ha navegado aguas turbulentas en la última década. Álbumes como «Witness» y «Smile» fueron recibidos con tibieza (el primero con críticas por su pretensión política, el segundo por su ligereza forzada), y «143» ha sido tachado de ser más un experimento que una propia evolución artística. En los últimos años, su figura pública ha eclipsado su posición en la música: desde el controvertido cameo en los Oscar de 2021 hasta sus excentricidades en redes (como su viaje al espacio o su incursiones en el mundo de las criptomonedas), Perry se ha convertido en una artista que ha buscado reinventarse de una manera fallida.
Un directo que redime
Aun así, su directo (ese «imponente» show que la organización promete) sigue siendo su as en la manga: un bálsamo nostálgico para millennials que crecieron con sus videos en MTV, y un reclamo para un festival que apuesta por la emoción colectiva sobre la vanguardia.
Kate Perry, que ha vendido más de 143 millones de discos en todo el mundo, según sus propios cómputos en 143, y acumula cinco sencillos en el número uno de Billboard, desde ‘I Kissed a Girl‘ hasta ‘Roar‘, sabe cómo llenar un escenario y convertirlo en un espectáculo inolvidable. Su presencia subraya el acierto estratégico del evento: en un mercado saturado por revivals indie, apostar por divas consolidadas como ella garantiza relevancia inmediata. Si el segundo cabeza de cartel, que se anunciará mañana, mantiene el nivel –¿quizá un reggaetónero global? ¿una banda de rock alternativo?–, el festival se convertirá un año más en una cita ineludible para aquellos que cada verano peregrinan a Santiago para conquistar el Monte do Gozo.