Hace ya algo más de un mes que ni los trabajadores de Stellantis, ni los operarios de las auxiliares de la factoría, ni los aficionados al fútbol que acostumbran a acudir al estadio para ver al Celta pueden estacionar sus coches en una explanada en el entorno de Pereiró en la que, mal que bien, se solía encontrar sitio y sin tener que pagar.
La parcela, en la que cada día estacionaban cientos de trabajadores, mide algo más de 11.000 metros cuadrados, y aunque está cubierta por maleza tiene zonas despejadas en las que caben cientos de coches. O cabían. Porque la parcela es propiedad de Unión Fenosa y decidió cerrarla al púbico. Colocó unos bloques de piedra y cortó el paso a los vehículos, como contó en su momento Vigoé.
Pues bien, la sorpresa fue ayer mayúscula cuando varios operarios de los turnos de noche que casualmente pasaban por allí de camino a sus puestos de trabajo se encontraron con que los bloques de cemento habían desaparecido, y que en su lugar había un guardia de seguridad. Al otro lado de una cadena que estaba donde antes había piedras, vieron estacionados docenas de vehículos.
Los rumores corrieron rápido. Pero según han confirmado fuentes del club, detrás de la reapertura del aparcamiento está la UEFA, que exige al Celta, así como al resto de equipos participantes en competiciones europeas, y el partido de ayer contra el PAOK lo era, un espacio de aparcamiento como, precisamente, ese del que dispone Fenosa.
El club, según fuentes de Fenosa, no paga nada por usar ese terreno. La compañía, según ha confirmado a Vigoé, ha hecho «una cesión gratuita y temporal» del terreno. Eso explica que este viernes haya vuelto a permanecer cerrado el aparcamiento. Y que, con seguridad, vaya acoger vehículos cuando se dispute el próximo partido de fútbol europeo. Eso sí, serán los vehículos que decida la UEFA por lo que las ilusiones que algunos conductores se hicieron son, tristemente, infundadas.