La nueva grúa de la que disponen los bomberos de Vigo, capaz de llegar a los 64 metros de altura, ni es la más alta de España ni es capaz de alcanzar cualquier ventana de la ciudad, como anunció el alcalde, Abel Caballero.
Niegan la mayor los propios bomberos, críticos con esta inversión del Ayuntamiento. Carece de importancia, dicen, que se venda la grúa a la opinión pública como la más alta de España, aunque basta una simple búsqueda en Google para comprobar que no es así: en Madrid, por ejemplo, hay una grúa de 70 metros.
Operatividad
Otra cosa, y esto sí les parece grave, es su operatividad, y ahí es donde comienzan los problemas. «Garantizamos que podemos operar en cualquier edificio de esta ciudad en caso necesario», dijo ayer el alcalde. Pero los bomberos consultados por Vigoé dicen que eso no es así en absoluto. Y no lo es por dos razones: el viento y la propia orografía de la ciudad.
Es decir, las empinadas cuestas de Vigo impiden asentar adecuadamente la grúa, lo que la hacen inoperativa en una gran cantidad de calles. Y en otras, como pueden ser las de Navia, donde el viento sopla muy fuerte en periodos otoñales e invernales, tampoco se puede desplegar sin riesgo.
Tampoco creen que sea muy manejable. No lo es la grúa ni lo es el camón en donde va montada. Los bomberos estiman que puede ser muy útil para intervenciones largas, como por ejemplo un incendio industrial, pero completamente inútil si lo que prima es la rapidez, el tiempo de respuesta.
Un remiendo
Además, el brazo de esta grúa es una prolongación de uno más antiguo del que ya disponían los bomberos. Aquel brazo, que costó un millón de euros hace más de una década, se usó apenas en una decena de ocasiones, según los cálculos que han echado los sindicatos del cuerpo de Bomberos.
Este nuevo brazo, además de ir montado sobre el anterior, va también montado sobre el antiguo camión, que tiene unos veinte años, «muchos para un camión de servicio», dice una fuente consultada por este digital. Ese camión fue parcialmente remozado, pero entre lo que ha costado ese lavado de cara al chasis y a la base, y lo que ha costado ampliar el brazo que ya tenían los Bomberos, el Concello se ha dejado 3,5 millones de euros, cuando podría haber tenido, según la CUT, un camión y un brazo nuevos por una cantidad de dinero bastante más contenida.
De lo que no hay duda es de que este vehículo tiene un brazo articulado nueve metros más largo que el anterior, que se puede mover en horizontal y que en ocasiones, contadas, podrá ser de gran utilidad para los bomberos de la ciudad.