Comprar online es comodísimo: encuentras lo que necesitas sin moverte de casa y en cuestión de minutos. Pero, como todo lo bueno, también tiene su parte negativa,como los riesgos de fraudes, estafas y ciberataques.
Entender los riesgos
Hacer compras por Internet no es peligroso en sí, pero sí puede exponerte a ciertos riesgos si no tomas precauciones. Los ciberdelincuentes están siempre al acecho, intentando robar datos personales o bancarios. Seguro que alguna vez te has topado con correos de phishing o con enlaces sospechosos al navegar. Pero el problema va más allá: si no eres cuidadoso, tu información de pago puede acabar en manos equivocadas.
Una de las mejores formas de protegerte es usar un gestor de contraseñas. Estas aplicaciones guardan todas tus contraseñas de manera segura y generan claves fuertes y diferentes para cada sitio. Así, aunque una de tus cuentas se vea comprometida, el resto seguirá a salvo.
¿Cómo saber si una web es segura?
No todas las páginas son igual de fiables, y es importante aprender a distinguirlas. Una buena pista es fijarse en el candado que aparece al lado de la dirección web en tu navegador: indica que la conexión es segura.
Otro detalle clave: que la URL empiece por “https://” en lugar de “http://”. Esa “s” significa que la información viaja cifrada y es mucho más difícil que alguien la intercepte.
Además, asegúrate de que la web en la que vayas a meter los datos de tu tarjeta tenga sus certificados de seguridad al día. Si no lo cumple, mejor no arriesgarse: ni un solo número de tu tarjeta debería introducirse ahí.
Educar a los más jóvenes
Es básico que los niños y adolescentes de la casa aprendan buenas prácticas online. Aunque se sientan muy seguros con la tecnología, no siempre son conscientes de los peligros. Explícales que no deben compartir datos personales ni pinchar en enlaces raros de correos o mensajes. Hablar con ellos abiertamente sobre estas amenazas les ayudará a ser más responsables cuando empiecen a comprar online por su cuenta.
Protege tu información
Mantener seguros tus datos personales y financieros es clave; échale un vistazo a una VPN gratis, ya que son altamente recomendables para la seguridad online. Si compras online con frecuencia —ya sean alimentos, ropa o cualquier otro producto— activa siempre que puedas la autenticación en dos pasos en tu banco. Es algo sencillo que puedes configurar desde la app o llamando por teléfono.
También conviene revisar de vez en cuando los movimientos de tus cuentas para detectar cargos extraños. A veces las estafas pasan desapercibidas durante semanas.
Y, por supuesto, no compartas datos sensibles como tu número de tarjeta o tu dirección si no estás seguro al 100 % de que la web es de confianza. Ninguna oferta, por muy tentadora que sea, compensa poner en riesgo tu seguridad.
¿Y si ya me han estafado?
Si tú o alguien de tu familia habéis sido víctimas de un fraude online, lo más importante es actuar rápido. Llama inmediatamente a tu banco para avisar de la operación sospechosa y, si es necesario, pide que bloqueen la cuenta.
Después, denuncia el caso en la Policía Nacional o la Guardia Civil, a través de sus unidades especializadas en delitos telemáticos. También puedes reportarlo en la web de la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) de INCIBE, que ofrece asesoramiento y pasos a seguir en caso de fraude online.
Y no olvides cambiar todas tus contraseñas para reforzar tu seguridad de cara al futuro.