El Concello de Vigo ha dado un paso decisivo para modernizar el estadio de Balaídos, aprobando esta mañana en Junta de Gobierno la ampliación de su aforo en 1.800 localidades, según ha anunciado el alcalde Abel Caballero. Esta intervención, que refuerza la infraestructura del estadio para cumplir con los requisitos de la UEFA Europa League, en la que participa el Celta esta campaña 2025-2026, también consolida las aspiraciones de la ciudad como sede del Mundial 2030. Desde Vigoé, detallamos cómo esta ampliación, centrada en las gradas de Río, Marcador y Gol, posiciona a Vigo como un referente deportivo, mientras Caballero reivindica su plaza en el Mundial tras la renuncia de Málaga.
Una ampliación estratégica para Balaídos
La Junta de Gobierno del Concello de Vigo ha aprobado este 1 de agosto un proyecto de ampliación que incrementará el aforo de Balaídos en 1.800 asientos, alcanzando un total de 22.800 localidades para la temporada 2025-2026. «Vamos a proceder a ampliar el aforo de Balaídos de forma inmediata en 1.800 plazas», anunció Abel Caballero. Las mejoras se centrarán en tres áreas del estadio:
- Grada de Río Bajo: Se añadirán tres filas adicionales próximas al césped, sumando unas 600 plazas.
- Grada de Marcador Alto: Se incorporarán cuatro filas en la parte superior, generando unas 500 localidades nuevas.
- Unión entre Río Bajo y Marcador: Una nueva estructura permitirá incluir 100 asientos adicionales.
- Grada de Gol: Durante las obras en curso, se instalará una grada temporal con 500 plazas más de lo previsto, consolidando el aumento de aforo.
Estas actuaciones, según Caballero, responden a los «requerimientos nuevos» impuestos por la UEFA para la Europa League, especialmente la necesidad de reservar entradas para aficionados visitantes.
Vigo, en la pugna por el Mundial 2030
La ampliación de Balaídos no solo responde a las exigencias de la Europa League, sino que refuerza las ambiciones de Vigo como sede del Mundial 2030, que España coorganizará con Portugal y Marruecos. La renuncia de Málaga a su candidatura este pasado mes de julio, debido a los elevados costes de remodelación de La Rosaleda y la falta de un estadio alternativo, ha reabierto la puerta para Vigo. Abel Caballero ha sido categórico al respecto: «Estamos en el Mundial, porque somos ciudad sede, porque renunció Málaga y automáticamente, y no le queda más remedio, entra Vigo en el sitio de Málaga».
La exclusión inicial de Vigo de las 11 sedes propuestas por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) desató una fuerte controversia, con acusaciones de oscurantismo y manipulación en las puntuaciones por parte de Caballero, quien señaló al presidente de la RFEF, Rafael Louzán, y al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, por presuntamente favorecer a A Coruña en detrimento de Vigo. La renuncia de Málaga, octava en el ranking con 11,5804 puntos frente a los 10,2004 de Balaídos, posiciona a Vigo como la siguiente en la lista.
Sin embargo, la decisión final recae en la FIFA, que evaluará las sedes tras el Mundial 2026. Aunque Vigo compite con Valencia, que impulsa el Nou Mestalla con obras previstas para concluir en 2027, Caballero defiende la solidez de la candidatura viguesa: la ciudad cuenta con una situación financiera sólida, con deuda cero, y un proyecto de reforma avanzado, que incluye no solo el aumento de aforo, sino también mejoras en accesos y hospitalidad.
Un estadio preparado para el futuro
La reforma de Balaídos, iniciada en 2015 con un presupuesto inicial de 120 millones de euros (cofinanciado por el Concello, la Diputación de Pontevedra y la Xunta), está en su recta final con la reconstrucción de la grada de Gol, que comenzó en julio de 2025 con la instalación de micropilotes. Este proceso, que durará unos 12 meses, garantizará un aforo competitivo y cumplirá con los requisitos de la FIFA.
Además, el Concello ha priorizado la colaboración con el Celta para garantizar la viabilidad del proyecto. Caballero destacó la sintonía con la presidenta del club, Marián Mouriño: «Quiero firmar rápido para dar seguridad al Celta, para que pueda desarrollar su proyecto», afirmó, refiriéndose a la renovación del convenio de cesión del estadio, caducado pero mantenido por acuerdo tácito. Esta ampliación también incluye una nueva puerta de acceso para aficionados visitantes, respondiendo a las normativas UEFA y reforzando la experiencia de los espectadores.
La ampliación de Balaídos es más que una mejora estructural: la posible inclusión en el Mundial 2030, sumada a la participación del Celta en la Europa League, posiciona a Vigo como un destino atractivo para miles de visitantes. Sin embargo, las tensiones con la RFEF y la Xunta persisten, con Caballero exigiendo transparencia y criticando la «inquina contra Vigo» que, según él, marcó el proceso de selección de sedes.