Ahora que cada vez hay más mini bicis eléctricas circulando por las calles, también es más frecuente que los adolescentes quieran una para ir al instituto o para divertirse con sus amigos en el parque. Estas pequeñas bicicletas combinan las ventajas de una bici compacta clásica –las típicas que veíamos en películas como ET– con las de una bicicleta eléctrica, y además pueden incluir otras mejoras como la posibilidad de plegarse.
Se trata de bicicletas realmente prácticas que son ideales tanto para el transporte como para la diversión, pero ¿hasta qué punto son seguras? Quienes no están familiarizados con ellas pueden tener dudas sobre la estabilidad de su batería o la durabilidad de su cuadro, así que vamos a darles un repaso a sus características para comprobar hasta qué punto podemos estar tranquilos cuando nuestros hijos e hijas salen de casa con ellas.
Cabe señalar que los adolescentes deben tener al menos 16 años para montar una bicicleta eléctrica y usar casco para garantizar la seguridad.
¿En qué consiste una mini bici eléctrica?
Empecemos por ver qué es exactamente una mini bicicleta eléctrica, y en qué se diferencia de una bicicleta compacta normal. A grandes rasgos, este tipo de bicicletas son idénticas a una bici equivalente como las clásicas BMX, pero incorporan un motor eléctrico, una batería para alimentarlo, un controlador eléctrico y –en ocasiones– un mecanismo de plegado.
· Motor eléctrico. Es lo que impulsa la bici eléctrica, y suele estar incorporado en el buje de la rueda trasera para proporcionar la tracción. No se ubica junto a los pedales, que mantienen su estructura en términos casi idénticos a los de las bicicletas clásicas. En las mini bicis eléctricas suele tener una potencia de entre 250 W y 350 W.
· Baterías. Alimentan el motor de la bicicleta eléctrica. Normalmente se alojan en el cuadro de la bicicleta, y suelen ser de ion-litio para facilitar su recarga. Su capacidad acostumbra a rondar los 250 Wh y los 500 Wh, y son el componente que más preocupa a los padres.
· Controlador eléctrico. Para que el usuario de la bicicleta eléctrica pueda suministrar potencia al motor, estas bicis disponen de un controlador eléctrico que conecta el motor con el manillar. Funciona de forma similar al mecanismo que permite a las motos dar gas al motor cuando se hace girar la empuñadura.
· Mecanismo de plegado. Por último, algunas mini-bicis eléctricas también disponen de un mecanismo de plegado que permite guardarlas más cómodamente en casa o transportarlas en autobuses, trenes o coches. Este mecanismo es similar al de las bicicletas tradicionales y no presenta mayor complicación.
Los riesgos que preocupan a los padres y madres
Hay dos grandes riesgos que preocupan a los padres y madres antes de decidirse a comprar una mini bici eléctrica: la velocidad máxima y la seguridad de la batería. En ambos casos, fabricantes de prestigio como Fiido han adoptado medidas de seguridad exhaustivas para prevenir cualquier problema.
Velocidad punta
En las bicicletas eléctricas de tipo ‘mini’, la velocidad punta del motor está limitada a un máximo de 25 kilómetros por hora en cumplimiento con las leyes de la Unión Europea. Para garantizar el cumplimiento de estos límites de velocidad, las bicis eléctricas cuentan con un velocímetro integrado que reduce o corta por completo la potencia del motor en caso de que esta velocidad esté cerca de sobrepasarse.
El problema de la velocidad, entonces, está bajo control. Las bicicletas eléctricas no sobrepasarán en ningún caso esa velocidad punta de 25 kilómetros por hora salvo que sus usuarios consigan circular más deprisa simplemente usando los pedales. En este caso, el riesgo es el mismo que el de una bicicleta tradicional, pero con la ventaja añadida de que el velocímetro integrado en pantalla puede alertar a los usuarios para que reduzcan el ritmo.
Seguridad de la batería
En segunda instancia tenemos las baterías de ion-litio, que pueden entrar en un estado de fuga térmica si una de sus celdas se ve dañada. Las baterías de ion-litio pueden incendiarse en estos casos, así que es fundamental mantenerlas protegidas frente a posibles golpes o sacudidas. Ahora bien, este problema no es exclusivo de las bicicletas eléctricas: el portátil, la tablet o el móvil con el que estás leyendo este artículo también tienen baterías de ion-litio.
Para reducir estos riesgos, las bicicletas eléctricas utilizan baterías certificadas según normas de seguridad como la UL 2849, lo que minimiza los posibles impactos durante la fabricación. Además, su montaje en el cuadro incluye sistemas de refuerzo que previenen daños por impactos o golpes. Si bien el riesgo de incendio sigue siendo bajo y no difiere mucho del riesgo de los teléfonos móviles o las baterías externas, los usuarios deben ser precavidos en el uso diario y evitar la sobrecarga, el uso de cargadores no originales o el almacenamiento prolongado de las baterías en entornos con altas temperaturas.
Quizás hayas considerado comprar una mini bicicleta eléctrica
Elegir una mini bici eléctrica con un diseño bien pensado y un rendimiento equilibrado puede facilitar considerablemente los desplazamientos diarios. La Fiido D3 Pro, ideal tanto para trayectos urbanos como para paseos ocasionales en zonas rurales, destaca por su practicidad y resistencia en distintos entornos:
- Motor de 250 W de potencia: Equipada con un motor de 250 vatios, la D3 Pro ofrece una asistencia suficiente para moverse cómodamente por la ciudad, manteniendo un consumo energético eficiente. Perfecta para desplazamientos diarios o salidas de ocio.
- Resistencia al agua IP54: Su sistema eléctrico cuenta con certificación IP54, lo que permite circular con tranquilidad bajo la lluvia o por superficies mojadas, e incluso en días con nieve ligera.
- Autonomía de hasta 79 km: Su batería de alto rendimiento proporciona una autonomía de hasta 79 kilómetros en condiciones ideales, más que suficiente para cubrir varios trayectos sin necesidad de recarga.
- Batería integrada en el cuadro: La batería está perfectamente integrada en el chasis, lo que le da un aspecto limpio y estilizado, además de aportar una protección adicional frente a golpes o vibraciones en diferentes tipos de terreno.
Precauciones extra que podemos adoptar
Además de optar por una bicicleta de calidad, también podemos mejorar aún más la seguridad adoptando precauciones como guardarla siempre en entornos cerrados y seguros –para limitar su exposición a la intemperie o posibles golpes accidentales–, desenchufarla tras completar su carga, y utilizar solo cargadores y accesorios suministrados por el propio fabricante.
Si compramos una bicicleta de calidad y llevamos a cabo un mantenimiento adecuado, las mini bicis eléctricas pueden ser extraordinariamente seguras tanto para nuestros hijos e hijas como para nosotros mismos.