El cuerpo municipal envió a la vivienda, situada en la Estrada de Casás, una patrulla de la Unidad Medioambiental de Intervención Rural (UMIR), que comprobó que las aves intrusas se habían colado en un palomar de unos 50 metros cuadrados.
Los agentes lograron capturar las águilas, dos ejemplares de ratoneras comunes, y certificaron la muerte de 15 palomas. Posteriormente, esas aves rapaces fueron devueltas a su hábitat natural ya que estas estaban en perfecto estado.
Su alimento principal son los mamíferos pequeños, sobre todo los ratones de campo, pero además comen aves, en su mayoría jóvenes, reptiles y también se les puede ver caminando por campos recientemente arados en busca de gusanos e insectos.