Según ha informado el cuerpo municipal, al llegar al lugar una unidad fue recibida por una mujer “muy nerviosa” y que directamente preguntó a los agentes si estaban allí “por la pelea”. Los efectivos desplazados pudieron ver desde la puerta que el inmueble estaba revuelto y había varios objetos tirados y rotos.
Además, allí se encontraba un hombre, que fue acompañado por uno de los policías a otra estancia de la casa porque la mujer “no se atrevía a hablar en su presencia”. Una vez que éste se ausentó, ella comenzó a llorar, mostrando “un notable estado de ansiedad”, y contó que esa tarde, a consecuencia de una fuerte migraña, había decidido acostarse.
Sin embargo, según relató, cuando estaba durmiendo la despertó su pareja, que comenzó a increparla y a reprocharle situaciones del pasado. El aludido, que supuestamente había ingerido bebidas alcohólicas, salió de la habitación un momento para luego volver y empezar a tirarle cosas de manera sistemática, increpándola, escupiéndole y llegando a agredirla de forma continuada hasta el momento de llegar los agentes.
Estos apreciaron marcas de enrojecimiento en el cuello, así como moratones en la totalidad de uno de sus brazos. La mujer reconoció que se los había producido el hombre y que había sido amenazada de muerte.
Por su parte, el acusado, de 38 años, negó haberla agredido ese día, aunque admitió haberlo hecho en otras ocasiones, algo que vinculó a las “discusiones de pareja”. Así, el hombre fue arrestado por un delito de violencia de género y la mujer fue trasladada en ambulancia al Punto de Atención Continuada de Pizarro para ser atendida de sus heridas.