Una vez en el lugar, la persona que solicitó la intervención policial contó que poco antes, cuando se encontraba en su vivienda con su amiga, ésta sin motivo alguno le propinó un puñetazo en la cara y a continuación comenzó a gritar y a tirar objetos.
La víctima contó que su amiga seguía en el inmueble e invitó a los agentes a entrevistarse con ella. La acusada se encontraba en el salón y, muy alterada según el relato policial, comunicó a los actuantes que no pensaba moverse de la casa, por lo que los agentes, tras intentar tranquilizarla, le indicaron que debería abandonar el domicilio por deseos de la propietaria, aunque se mantuvo en su postura de no moverse del lugar.
Una policía que intervenía en el servicio intentó convencerla para que saliese de la vivienda y así evitar males mayores, pero la presunta agresora le propinó a la agente un manotazo en el pecho, por lo que la actuante, en compañía de su compañero, procedió a la detención de la mujer, que mostró una fuerte resistencia activa en todo momento.