Cuando llegaron al lugar, los efectivos desplazados fueron requeridos por un hombre en la calle, que llevaba el torso desnudo y presenta algunas lesiones, consistentes en varios mordiscos en el hombro y en el brazo izquierdo. Según contó, su mujer le había agredido por celos y se protegió sin agredirla para luego abandonar la vivienda.
Uno de los agentes permaneció con él en el portal y el otro subió al piso donde reside la pareja, donde se encontró con la supuesta víctima, que sangraba por la boca y la nariz. Ésta relató que tras recriminar a su esposo que hablara por teléfono con otra mujer, él le respondió con puñetazos en la cara para seguidamente tirarla al suelo y darle varias patadas, por lo que ella intentó zafarse como pudo.
Además, la vecina que llamó a la policía para solicitar su presencia aseguró que había escuchado fuertes gritos y golpes.
Testigos de los hechos fueron también las tres hijas de ambos, todas ellas menores de edad, que se encerraron en una habitación. La hija mayor explicó que su padre había pegado a su madre y añadió que llevaba días haciéndolo.
La mujer fue atendida por los servicios sanitarios que se habían desplazado al lugar en una ambulancia y el hombre fue detenido posteriormente.