La singularidad de esta negligente incidencia viene dada por el hecho de que este conductor, un vecino de Vigo de 42 años, al ser sometido al test de estupefacientes dio positivo en todas las drogas que puede detectar el aparato indiciario del que están dotadas las patrullas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil: cocaína, opiáceos, anfetaminas, metanfetaminas y THC.
Debido a la grave incidencia que este factor tiene en la siniestralidad vial, la actual Ley de Seguridad Vial penaliza esta conducta como infracción muy grave, castigada con una sanción de 1.000 euros y la retirada de 6 puntos. Además, el vehículo quedó inmovilizado en el lugar de los hechos.
Aparte de la sanción administrativa, el Código Penal recoge en el Capítulo IV los delitos contra la seguridad vial entre los que se incluyen la conducción bajo la influencia de drogas cuyas penas son: prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días y privación del derecho a conducir de uno a cuatro años.