Habían caído los rivales directos y el sexto puesto estaba al alcance de la mano, pero el equipo de Unzué falló estrepitosamente. Salió “atontado” -en palabras de Aspas- y le cayó un jarro de agua fría nada más saltar al campo. Sin tiempo para imponer su ritmo, el equipo vigués se durmió en el primer ataque local. Roncaglia se tragó un centro a su espalda y se desencandenó el gol de Pedraza.
No fue capaz de reaccionar el conjunto de Unzué. Más por méritos del Alavés, intenso en la marca para desbaratar los intentos de combinar de los celestes. Diez minutos después, en otra buena llegada de los vascos, Munir ampliaba el resultado.
No le salió nada al Celta, ni en los duelos aéreos ni el juego a ras de hierbas. Espeso, sin ideas para sacudirse la presión y con renovada banda izquierda, Mazan y Brais, que no aportó nada en ataque. Llegó más Jonny en este arranque por su costado natural, pero no estuvo fino a la hora de poner balones arriba en busca de Maxi Gómes. Para colmo de males, Iago Aspas resbalaba sobre la hierba de Mendizorroza. No era el día, pese a que los resultados de Sevilla e Villarreal permitían pisar terreno europeo.
Los de Unzué acumularon casi el 80 por ciento de la posesión, pero la falta de profundidad le impidió llegar con peligro. Pudo cambiar todo en el último minuto de la primera parte si Radoja acierta con la red. Pacheco estuvo acertado para evitar el gol.
Ese cambio pareció llegar tras los vestuarios. Muy diferente el Celta, más incisivo, preciso y rápido a la hora de mover el balón para llegar un palmo antes que la defensa local. Lo vio claro Unzué. Dentro Jozabed y Sisto por Maza y Brais. Ese flanco izquierdo no aportaba todo lo que necesitaba, por lo que movió a Jonny.
El efecto fue inmediato, el Alavés se encerró todavía más, pero ahora sufría porque el Celta acumuló efectivos en el centro del campo para desbordar por banda. Sisto tuvo la más clara tras una gran pase entre líneas de Aspas, pero el danés incomprensiblemente cruzó demasiado el balón.
Las ocasiones llegaron, cada vez más claras. También hubo un penalti, bastante evidente sobre Maxi. También entró Emre Mor por Radoja. Quedaban diez minutos y toda la dinamita estaba sobre el campo.
Los últimos minutos estuvieron más marcados por las ganas que por la claridad de ideas. El Alavés tuvo oficio, durmió lo que pudo el partido y dejó pasar los minutos ante la desesperación de Emre Mor. En el último suspiro Aspas se sacó de la chistera otro golazo para cerrar un partido en el que el Celta pagó sus pecados de una primera parte nefasta en defensa e inocua en ataque.
Alavés: Pacheco, Aguirre, Laguardia, Ely, Alexis, Ibai Gómez (min. 88, Hernán Pérez), Tomás Pina, Manu García, Pedraza, Munir (min. 80, Torres) y Sobrino (min. 73, Bojan).
Celta: Rubén, Jonny, Roncaglia, Sergi Gómez, Mazan (min. 57, Jozabed), Lobotka, Radoja (min. 73, Emre Mor), Wass, Brais Méndez (min. 57, Sisto), Aspas y Maxi Gómez.
Goles: 1-0, min. 3: Pedraza; 2-0, min. 16: Munir; 2-1, min. 90+: Iago Aspas.
Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). Tarjetas amarillas a Radoja, Alexis, Jozabed y Martín.
Incidencias: Jornada número 22 de La Liga disputado en el Estadio de Mendizorroza ante 19.437 espectadores.