Muy puntuales, a la una de la tarde, nueve veleros emprendieron rumbo hacia Angra do Heroismo, en la Isla Terceira del archipiélago azoreño, a donde se prevé que los primeros empiecen a llegar dentro de cinco días. Aunque en el momento de la salida el viento sopló con muy poca intensidad y no permitió un avance rápido y lucido hacia la baliza del desmarque, una vez pasada la marca de Carallones, el viento subió de intensidad y la regata cogió impulso.
Fue entonces cuando se empezaron a consolidarse los dos grupos que se diferenciaron desde el primer momento. En cabeza, destacando sobre el resto, el Saint Maxime, un 50 pies de carbono muy ágil en navegación incluso con vientos ligeros, patroneado por Miguel Lago. Muy próximo a él, otro barco del Monte Real, el Txole de Ignacio Sánchez Otaegui, de 47 pies. Y sin despegarse de ellos, navega también el Xekmatt de José Carlos Prista, de la Associaçao Náutica Recreio (ANR), acostumbrado a las aguas del Atlántico tras haber completado varias regatas desde Lisboa a Azores.
El Pakea de Unai Basurko y el Cleopatra liderado por José Rafael Ribeiro están navegando estas primeras millas también a muy buen ritmo, con unos 9 nudos de media. Algo más atrás se sitúan el Atlantis de Iván Prieto, el Free Spirit de Yann Lascan, y el Brumario de Alejandro Pazó. Y cerrando filas, el Moflete de Antonio Díaz.
El Dulcamara de Henril Olsson, que iba a correr por el Monte Real Club de Yates, no pudo salir finalmente al mar por un problema en el motor, que dio fallos horas antes de la salida e impidió que la embarcación cumpliese con los requisitos de seguridad exigidos por el comité de regata.
Nueve barcos, por lo tanto, son los que se disputan, desde hoy, la victoria de la primera etapa de la Baiona Angra Atlantic Race, que aumentará en emoción conforme los barcos se vayan acercando a Azores. Si se cumplen las previsiones, es más que probable el viento, que en el inicio les será favorable, comience a caer en las últimas 100 millas, lo que obligará a las tripulaciones a exprimir al máximo toda sus técnicas y tácticas de navegación.
En las instalaciones del Monte Real Club de Yates funciona durante las 24 horas del día un centro de control desde el que monitorizar los barcos y establecer contacto con las tripulaciones. Las embarcaciones recibirán llamadas de la organización cada ocho horas para comprobar su situación y las condiciones de navegación.
Este centro forma parte del protocolo de seguridad puesto en marcha por el Monte Real Club de Yates, un estricto sistema que incluye la dotación de los barcos de dos teléfonos satélite y un aparato de localización. Medidas todas para un mantener un control exhaustivo de la flota que, según el presidente del comité de regata, Fernando Giraldo, permite a las tripulaciones cruzar con más tranquilidad el Atlántico.
La primera etapa de la Baiona Angra Atlantic Race finalizará el 13 de julio en Angra do Heroismo con la entrega de premios a los ganadores. Un día después se dará salida a segunda etapa, de regreso a Baiona.
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