No fue ni mucho menos la invasión del año pasado, pero A Reconquista congregó de nuevo a miles de vigueses. Desde primera hora de la mañana, el Casco Vello comenzó a recibir un aluvión de almas. Pequeños, mayores y familias completas aprovecharon la tregua meteorológica matinal para lanzarse a las calles del barrio histórico antes de que llegasen las anunciadas lluvias de la tarde.
Un total de 250 puestos hicieron las delicias del público. Artesanía, ropa, regalos… pero sobre todo carne, mucha carne. Rúa Real y Teófilo Llorente, así como soportales de Berbés y A Pedra, se convirtieron en un gran restaurante al aire libre en el que los grupos de música tradicional se mezclaron con el público que degustaba pulpo, chorizo y churrasco.
Escolas de baile y canto tradicional, así como pandereteiras recorrieron el Casco Vello. A media tarde fue el turno para las escaramuzas de las tropas francesas y la representación de un combate de esgrima histórico. Por desgracia no falló la predicción meteorológica y la lluvia arreció por momentos.
El día grande y el momento cumbre de esta Festa da Reconquista 2016 se vivirá este domingo, a las seis de la tarde, cuando comience la representación de la expulsión de las tropas napoleónicas por parte de la milicia viguesa.
Como novedad, este año acabará en la dársena número 2 del puerto (junto a los pantalanes de remolcadores) en vez de en la zona del Náutico, donde era más complicado de seguir por parte de los miles de espectadores debido a la falta de espacio.