Eduardo Berizzo lo renoció ayer de forma abierta ante los medios y fue claro y rotundo. «El campo ya no es el adecuado en seco, imagínense en condiciones de lluvia», indicó el preparador céltico y añadió que «para nosotros no es un campo aliado. Tenemos que sobreponernos a su estado y más en una situación de lluvia». Unas palabras que dejan al equipo vigués en una extraña situación, la de sentirse como visitante en su casa porque no encuentra en su terreno de juego el lugar ideal para plasmar su fútbol.
La polémica del terreno de juego no es nueva este curso. Y es que en los últimos meses cambió la empresa concesionaria que lleva el cuidado del césped y, con ella, el ingeniero responsable del mismo. Parece que la nueva situación no favorece al tapete y, tras diez días de intensa lluvia, el campo sufre el lógico empeoramiento. En el encuentro con el Atlético de Madrid el terreno de juego estaba lento. Este miércoles ante el Cádiz debería mejorar algo por la bajada de la lluvia, pero notará el deterioro de la acumulación de encuentro. Una situación que también se vivirá el sábado ante el Levante. Y es que tres partidos en una semana pueden lastrar a la hierba.
Sobre la incidencia en los futbolistas, Berizzo no quiso incidir en demasía, pero explicó que «la alineación ante el Cádiz no tiene que ver con el estado del campo, tiene que ver con la recuperación física de los jugadores. No obstante, de forma indirecta, el estado del campo está relacionado con su recuperación física».