Sin mencionarla de forma expresa, la delegada inició su intervención haciendo referencia a lo dicho este martes por la concejala socialista Isaura Abelairas y subrayó que «no boy a decir que pongo la mano en el fuego solo por mí porque soy una persona honesta, no hago de juez con nadie y la gente que trabaja en la delegación se entrega a su labor».
Así, informó que se ha reunido con todos para «decirles lo que había» teniendo en cuenta, aclaró, que «todavía no he tenido tiempo de ver toda la documentación porque no tengo ninguna. Cuando por fin se me haga llegar la documentación me gustaría poder comprobar yo misma qué cosas son las que se nos atribuyen».
Quiso recordar Bravo Bosch que ella como delegada de la Xunta no tiene competencias para otorgar obras «únicamente de coordinar» y que en el Casco Vello tampoco ha intervenido en nada aunque como presidenta del ente sí firma las gestiones.
Por este motivo y por el heho de que en pcincipio las informaciones apuntan a que las obras irregulares adjudicadas por la Xunta serían «menores», la delegada se mostró «sorprendida» de que «el foco público se haya puesto sobre mí», así como la «condena pública» realizada pero insistió en que tiene la conciencia «tranquila».
También aseguró no haber recibido «ningún regalo» y que «espera lo mismo» del resto de integrantes de la delegación y, al respecto de su posible imputación, dijo no tener «ningún temor a ser llamada para declarar, lo he dicho desde el primer día».
Por último, consideró que la razón de que esté «en medio de eta Operación Patos» es por ser «muy diplomática, muy atenta y muy educada y pienso seguir siéndolo».