Los hechos se registraron durante la noche del viernes al sábado. En la rampa de Panxón, como ya es habitual, se encontraban estacionados una veintena de vehículos cuyos propietarios fueron retirando a medida que subía la marea. Uno de los dueños no se percató de alta cota de la pleamar y el coche acabó arrastrado por el mar hasta la playa. La voz corrió por los restaurantes y locales de la zona, pero el propietario no apareció a tiempo para salvarlo. A primera hora de la mañana una grúa izó el turismo en un estado completamente inservible.