Un hombre ha sido detenido en la madrugada de este jueves tras amenazar y agredir a los agentes que le interceptaron y que comprobaron que tenía en vigor una orden de búsqueda, detención y personación dictada por el juzgado de Instrucción número 6 de Vigo.
El arrestado, S.M.C., de 42 años de edad y de Vigo, fue identificado después de que vecinos de la calle Barcelona llamasen al 092 quejándose del ruido que hacía un grupo de unas quince personas en el exterior de un local y que además estaban acompañados por dos perros que ladraban de forma insistente.
Una vez en el lugar, a las 01:24 horas de la madrugada, las agentes vieron como una pareja que llevaba uno de los perros se separaba del grupo, al percatarse de la presencia policial, y se iba caminando apresuradamente desde el extremo contrario en el que estaban ellas hacia la Avenida Hispanidad.
Según ha informado la Policía Local en un comunicado, se les pidió verbalmente que se detuviesen para ser identificados y poder realizar el correspondiente informe de intervención. Pese a ello, ambos hicieron caso omiso y continuaron la marcha, por lo que fueron seguidos por las agentes en un vehículo policial que les alcanzó a los pocos metros, pero persistieron en su actitud de ignorar los requerimientos de las policías, cruzando de un lado a otro de la calle. Al negarse a facilitar su identificación, solicitaron presencia de un policía masculino para realizar el cacheo superficial.
Una vez se percató de que iba a ser identificado, accedió a mostrárselo a las agentes, en el instante que llegó la otra unidad de apoyo. Una vez cotejados sus datos, la unidad comprobó que tenía en vigor una orden de búsqueda, detención y personación emitida por el juzgado por lo que una vez que le transmitieron al hombre que iba a ser detenido, reaccionó violentamente, tratando de huir y embistiendo al agente que estaba frente a él, proyectándolo contra una pared, por lo que se golpeó en el brazo.
Ante tal reacción, los demás agentes trataron de reducirlo, comenzando el individuo a bracear y lanzar cabezazos y patadas, una de las cuales impactó en la rodilla de otro de los agentes. Pese a todo, fue reducido y engrilletado, si bien mantuvo en todo momento una conducta agresiva, acompañada de insultos y amenazas constantes.