Un tercer hombre que convivía en el inmueble que ocupaban tanto el acusado de asesinar a su compañero como el propio fallecido ha asegurado que estaba en la noche de los hechos en su cuarto cuando escuchó a alguien gritar «me has clavado», por lo que salió del edificio y vio al procesado fuera.
Así lo ha señalado este lunes en la sesión de tarde del juicio celebrado durante toda esta semana en la sección quinta de la Audiencia Provincia de Pontevedra, con sede en la ciudad olívica. Este varón fue el primer testigo en declarar tras haberlo hecho previamente el acusado.
Durante su intervención en la vista, ha reivindicado que no tenía «ningún problema» con la víctima, Johnny A., asegurando que ese día habían ido juntos a la fiesta de Bouzas, volviéndose él antes para casa.
Una vez en la vivienda, tras preparar pescado para él y para el fallecido, cenó y se acostó. En un momento dado, siempre según su testimonio, habría escuchado gritos fuera, saliendo y encontrándose al acusado.
Por ello, le habría preguntado dónde estaba el fallecido, indicando el procesado que había tenido un problema con otras personas en la fiesta. «Me dijo que tenía que ir al trabajo. Yo le dije que hasta que no aparezca mi amigo tú no te vas», ha apostillado, indicando que tenía sangre y explicándole el procesado que era porque el fallecido había tenido una pelea y le había tapado una herida.
Este testigo, pese a declarar que llamó a la víctima antes de meterse en cama, después indicó que no había llamado al 112 porque «no tenía saldo ni batería», instando al procesado a hacer la llamada.
Este hombre también ha asegurado que el supuesto asesino y la víctima tenían «un conflicto», indicando que el fallecido bebía habitualmente, pero «no era agresivo» cuando estaba alcoholizado.
Otros testigos
Sin embargo, otras dos testigos que acudieron a declarar este lunes dijeron lo contrario, indicando ambas que el fallecido sí era agresivo cuando bebía y buscaba «jaleos».
En concreto, la expareja de la víctima, que aseguró llevarse bien con él pese a ya no estar juntos, subrayó que tanto Johnny A. como el acusado bebían habitualmente. No obstante, describió al procesado como una persona que huye de los conflictos, «desaparece».
Preguntada sobre si la expareja del tercer okupa de la vivienda (con la cual tiene una hija) tenía una relación sentimental con el fallecido, esta testigo ha apuntado que dicha mujer «iba detrás» de la víctima.
Una amiga de víctima y acusado también ha destacado que el procesado era «tranquilo» y no se metía en problemas cuando bebía, al contrario que el fallecido, que sí era «agresivo» y «provocaba a la gente».
La vista continuará durante toda la semana. El caso proviene del Juzgado de Instrucción número 4 de la urbe y, según el escrito de acusación del Ministerio público, el varón es autor de un delito de asesinato con alevosía, al acuchillar y matar a la víctima.
Hechos
En concreto, siempre según Fiscalía, los hechos habrían ocurrido en la madrugada del 17 de julio de 2023, cuando el acusado y el fallecido volvían caminando juntos desde las fiestas del barrio de Bouzas hasta el domicilio que ambos okupaban. En el entorno de la plaza de la Industria, tras una discusión, continuaron el camino por separado.
Fue sobre las 03.20 horas cuando se reencontraron en el exterior del domicilio. Allí, el acusado, utilizando un cuchillo de más de 28 centímetros que habría cogido en el interior de la vivienda, habría atacado a la víctima, clavándoselo hasta en cuatro ocasiones en la espalda, en el tórax, en el pecho y en el brazo.
Fiscalía considera que el acusado «actuó con la intención de acabar con la vida» de la víctima, la cual «dado su profundo estado de embriaguez y lo sorpresivo del ataque, no tuvo posibilidad alguna de repeler la agresión».
La víctima, tras el apuñalamiento, apenas pudo caminar 200 metros hasta la calle Coruña, donde falleció «por un shock hipovolémico como consecuencia de las heridas de arma blanca, siendo la última de ellas mortal e incompatible con la supervivencia, al penetrar la cavidad torácica, perforar el saco pericárdico y penetrar en el corazón», recoge Fiscalía, pidiendo 20 años de prisión para el acusado, así como el pago de una indemnización a la madre del fallecido de 60.000 euros.