La alarma saltó hasta tal punto que algunos medios de comunicación se hicieron eco de esta publicación de Facebook directamente sin corroborar la existencia de un hurto. Poco después la Autoridad Portuaria desmintió efectivamente que la pieza hubiese sido sustraída y hubo que rectificar las informaciones.
Todo era mucho más sencillo: unos operarios de mantenimiento del puerto que trabajaban en la zona apreciaron que la escultura tenía los anclajes sueltos y consideraron pertinente retirarla para llevar a cabo una serie de mejoras. El desconcierto de un viandante al ver el soporte de la obra sin nada encima propició toda la confusión.
Una vez aclarado todo y con la reparación concluida, la figura vuelve a lucir en el paseo como si nada hubiese sucedido.