Ésta ha sido la primera jornada completa de deliberaciones después de que el magistrado de la sede viguesa de la Audiencia Provincial de Pontevedra les trasladara el cuestionario este miércoles por la tarde, una vez que se celebrara por la mañana la última vista con los alegatos finales de las partes.
Así, tendrán que dormir por segunda noche consecutiva en un hotel designado por la Audiencia -donde también se les dará de cenar y desayunar- sin tener comunicación con otras personas. Se espera, no obstante, que puedan entregar el veredicto este viernes.
En esa última sesión del juicio, las tres acusaciones –Fiscalía, familia y Xunta de Galicia- refrendaron sus tesis iniciales basándose en los testimonios escuchados y las pruebas periciales presentadas durante la semana pasada. Todos coincidieron en señalar al acusado como el culpable del asesinato al ver que la joven deseaba poner fin de manera definitiva a la relación que habían mantenido.
Mientras el fiscal y la acusación popular –Xunta- piden 27 años de cárcel, la acusación particular –familia- solicita 32 años de prisión al incluir un delito de vulneración de la intimidad.
Por su parte, el abogado de Adrio, quien rechazó hacer uso de la palabra antes de que el caso quedara visto para sentencia, defendió que no hay evidencias suficientes que impliquen a su cliente y que las versiones de las acusaciones carecen de sentido porque, según dijo, César y Ana se querían y habían manifestado su deseo de seguir juntos. También indicó que existen mensajes de Whatsapp que así lo corroboran.
Además, pidió al jurado que no cayera en el mismo error que se cometió con Dolores Vázquez en el caso del crimen de Rocío Wanninkhoff, en el que la gallega fue condenada de forma equivocada y llegó a pasar un año en la cárcel.