Ante ese aviso, la Policía Local desplazó una patrulla al lugar y comprobó que dentro del vehículo había dos personas. El automóvil estaba estacionado fuera de la calzada y casi oculto entre la maleza de una zona boscosa, “corroborando así la desconfianza de la vecina solicitante del servicio respecto a la conducta sospechosa”, según relata el cuerpo municipal en un comunicado.
Los agentes procedieron a identificar a los ocupantes del turismo, que empezaron a mostrarse “nerviosos y alterados”, por lo que se les realizó un cacheo superficial y posteriormente se registró el vehículo.
Como resultado, se localizó oculta una balanza de precisión entre unos papeles colocados en la puerta del conductor, así como “una bolsa plástica cortada a trozos, en forma cuadrada, dispuestos para envolver pequeñas cantidades de algún tipo de sustancia”.
Asimismo, en la guantera, también oculto entre papeles, se encontró una bolsa plástica que contenía un polvo blanco que el hombre identificó “espontáneamente” como cocaína. Al pesarla, la báscula ofreció un resultado de 10,4 gramos. Según indica la Policía Local, “todos los elementos ocupados inducen a la certeza de que estaban siendo preparados para su tráfico y consumo”.