Los agentes procedieron a realizar una revisión superficial del vehículo “en busca de objetos que pudieran estar en relación con algún ilícito penal” y localizaron debajo de la banqueta trasera un paquete de medianas dimensiones, envasado al vacío y envuelto en esparadrapo.
El conductor aseguró desconocer de qué se trataba, por lo que los policías procedieron a desenvolverlo. Así, pudieron comprobar que contenía “una sustancia pulverulenta blanca apelmazada en forma de roca”.
En ese momento, el hombre confesó que era suya y que se trataba de cocaína. A continuación, los agentes le pidieron que mostrara la cartera, en la que llevaba 185 euros. Ante esta situación procedieron a su arresto. Una vez pesada, la droga ofreció un resultado de 85,5 gramos.