Previamente, el cuerpo municipal había recibido un aviso que alertaba de la sustracción de una motocicleta. Para facilitar su localización, se disponía de los datos del vehículo y de la descripción del supuesto autor de los hechos. Las patrullas en servicio iniciaron un peinado de las proximidades de la zona donde se había producido el suceso.
Una vez que se localizó la moto y se paró a su conductor se le solicitó la documentación pero el hombre alegó que se lo había dejado un amigo para acto seguido indicar que había sido un familiar. Los agentes constataron que el vehículo estaba encendido con el contacto forzado y sin llaves, a lo que el piloto respondió que se lo habían entregado en ese estado.
Las características físicas del sospechoso coincidían plenamente con las del conductor, por lo que se le realizó un cacheo superficial, en el que se le encontró un cortauñas, herramienta utilizada para manipular y activar el contacto de vehículos.
Además, al efectuar el rutinario cotejo de sus datos mediante la base telemática, se averiguó que le constaba en vigor una suspensión temporal del permiso de conducción dictada por el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo.
Por si no fuera suficiente, en el transcurso de la intervención los policías comprobaron que el sujeto mostraba síntomas de estar bajo la influencia de algún tipo de sustancia, por lo que se le sometió a la prueba de detección de drogas, que arrojó un resultado positivo en opiáceos. Finalmente, los agentes detuvieron al individuo por un delito de robo y otro contra la seguridad vial. La moto fue entregada posteriormente a su propietaria.