En ese momento, se lo echó en cara y la encerró en un anexo de la casa en la que ambos conviven a pesar de existir una orden de alejamiento. Allí la habría violado y hecho las fotografías con un móvil para acto seguido mandarlas a esa tercera persona, que fue quien denunció los hechos ante la Policía Nacional.
La Comisaría de Vigo-Redondela desplazó a varios efectivos al lugar y tomó declaración a los implicados. Aunque la mujer afirmó que las relaciones sexuales habían sido consentidas y rechazó recibir asistencia médica, mostraba síntomas de nerviosismo y miedo propios de haber sido víctima de abusos. También presentaba marcas de lesiones en su cuerpo.
Esto, unido a los testimonios del hombre que recibió las imágenes, el contenido de éstas y las declaraciones del entorno de la víctima, hizo que se abriera una investigación al tener los agentes el convencimiento de que la voluntad de ésta se encontraba anulada.
Posteriormente, el juzgado de guardia que se hizo cargo del caso decretó el ingreso en prisión del acusado, al que se le atribuyen delitos contra la libertad sexual, detención ilegal y contra la intimidad.