Una vez en el lugar, los agentes desplazados observaron a una mujer tirada en el suelo, que estaba siendo auxiliada por otros viandantes. Además, sus pertenencias estaban esparcidas por la acera. Según contó, se había encontrado con su expareja, que tiene una orden de alejamiento de ella, y la había agredido. A continuación, un peatón que pasaba por allí intervino para separarlos.
La mujer se quejaba de dolor en un costado, por lo que se solicitó el servicio de una ambulancia, que la trasladó a un centro asistencial.
Los agentes comprobaron efectivamente la existencia de la orden de alejamiento vigente y a través de un número de teléfono contactaron con el presunto agresor, que se encontraba en un bar de la zona centro.
La patrulla se desplazó hasta el local y allí el hombre les explicó que hablaba habitualmente con la mujer y que ese día habían quedado para verse. Además, relató que él iba acompañado de otra chica y que ese hecho molestó a la denunciante, que lo agredió. Así, el hombre justificó su acción alegando que únicamente se había defendido.
En todo caso, los agentes procedieron a su detención por un presunto delito de violencia de género.