Los hechos ocurrieron a medianoche en la confluencia de la calle Pracer y el paseo de Granada, cuando una pareja de ciudadanos se acercó al agente que se encontraba en la garita de la Jefatura para avisarle de la presencia de una persona en actitud sospechosa y sosteniendo unos hierros en la mano al lado de una furgoneta blanca.
El policía, en compañía de un compañero, se acercó al lugar y pudo escuchar un golpe seco de fractura, observando en el lado del asiento del copiloto cómo una mujer esgrimía dos hierros que estaban introducidos entre el cristal y la carrocería. También vio que los protectores de goma que rodean las ventanillas de ambas puertas se encontraban en el suelo.
En el momento en el que la mujer detectó la presencia policial retiró rápidamente los hierros e intentó marcharse apresuradamente del lugar, por lo que los agentes procedieron a su detención. La sospechosa, al ser preguntada sobre lo ocurrido, contestó que no había hecho nada.
En el cacheo superficial que realizó una agente de la Policía Local se comprobó que llevaba también unas tijeras, una antena de vehículo rota en dos trozos y una tarjeta de un hipermercado a nombre de otra mujer.