Ambos son trabajadores de Povisa, ella auxiliar de enfermería y él celador, por lo que fue a las puertas de este centro donde se celebró una concentración en apoyo a la víctima, que permanece hospitalizada en la UCI tras ser agredida con un cuchillo en el cuello que por fortuna se rompió evitando que se desangrase. Según señalaron sus compañeros, evoluciona favorablemente tras ser intervenida quirúrgicamente con éxito. Unas doscientas personas, entre ellas muchos compañeros y amigos y también representantes políticos guardaron al mediodía un minuto de silencio al que le siguieron aplausos de ánimo para la joven, que tiene una hija de 12 años y que había roto la relación con el presunto agresor, Carlos F, hace unos «tres o cuatro meses», según indicaron algunas compañeras.
Ante los medios de comunicación y visiblemente afectadas por lo ocurrido, relataron que hace unos meses que Mónica «se desahogaba de vez en cuando» con algunas amigas por los problemas que estaba teniendo tras la ruptura y que incluso se había asesorado para interponer una denuncia ya que su expareja la seguía y controlaba sus turnos de trabajo. «Preguntó para saber cómo ponía una demanda pero nunca llegó a hacerlo», aseguraba una compañera. «Estaba siempre dispuesta a ayudar», relataba otra compañera que también aseguraba que al presunto agresor, detenido, «tampoco se le veía mal hombre». «Era un compañero agradable, no sé qué le pasó pero que no digan que era enajenación mental porque lo que le hizo estaba preparado», aseguró.
Lucha contra la violencia de género
«El sistema no funciona», subrayó la portavoz de la Rede Veciñal contra os Malos Tratos, Rosa Fontaíña. «Algo falla cuando se dice que las mujeres son culpables porque no denuncian, porque no dan el paso. Pues habrá que preguntarse por qué no dan el paso. Ver cuáles son los resultados, porque hay mujeres que han tenido hasta treinta juicios», lamentó Fontaíña, que reclamó personal especializado y también condenas más duras contra los agresores y mayor protección contra las maltratadas y sus hijos.
También al respecto de la problemática de la violencia de género, la portavoz de Mujeres en Igualdad de Vigo, Marián García, lamentó lo ocurrido, que calificó de «escandaloso» y pidió unión de todos para luchar contra esta lacra. «Vigo tiene el índice de violencia de género más alto de Galicia y se deben tomar cartas en el asunto de una vez por todas», dijo.
El alcalde de Vigo, que se acercó también a los aledaños de Povisa, manifestó su solidaridad con Mónica «en nombre de toda la ciudad» y mostró su «repulsa» contra la violencia de género. «Que todo el mundo sepa que la ciudad rechaza categóricamente a estos asesinos y que no se merecen más que estar en la cárcel», dijo Abel Caballero, que también aprovechó para mostrar su apoyo a la familia, amigos y compañeros de la víctima.