Este no es el único ejemplo de vandalismo urbano. Existe en todas las poblaciones y la ciudad de Vigo tampoco queda al margen, como puede observarse en esta fotografía tomada en la Rúa García Olloqui, haciendo esquina con la Praza de Compostela. Se trata de la placa que informa del Edificio de Viviendas Saturnino García, del arquitecto Manuel Gómez Román, construido en 1912. Sin duda, esa placa no cae por sí sola, sino por la acción del vandalismo, algo que no es fácil erradicar, sin embargo, es preciso actuar con rapidez para reparar los desperfectos antes de que sean mayores. Conviene incidir en que el vandalismo atenta contra un patrimonio que es de toda la ciudadanía y que la mejor manera de erradicarlo es la educación, sobre todo a edad temprana, dentro y fuera de casa. El Concello no tiene la culpa, pero sí tiene la responsabilidad de reparar los desperfectos y reclamar su coste a los infractores, si se descubren.