Resulta incongruente que en una ciudad como Vigo, que presume de millones de luminarias led durante la Navidad, muchos de sus rincones significativos, por no decir todos, permanecen en la penumbra o incluso en la más completa oscuridad. Sin ir más lejos, algunos monumentos como los caballos de la Praza de España, que no disponen de ningún sistema de iluminación propia, o la estatua de la Praza da Independencia, a la que también le ocurre lo mismo. Y si acaso la tienen, nunca la encienden. Sirva como ejemplo esta fotografía que muestra la viguesa fuente de A Falperra, totalmente a oscuras un día tras otro. Vaya imagen más penosa está dando la ciudad de Vigo, que no es capaz de valorar adecuadamente sus monumentos y sus rincones más insignes, que permanecen a oscuras.

























