La fotografía muestra el quiosco del Paseo de Alfonso XII, una de las zonas de mayor relevancia de la ciudad de Vigo. Se trata de una obra insigne que continúa en el olvido a pesar de su valor arquitectónico, de tipo racionalista. Fue diseñado por el entonces arquitecto municipal Emilio Bugallo Orozco en la primera mitad del pasado siglo XX. Aunque siempre ha estado en el mismo paseo, fue trasladado de un lugar a otro en varias ocasiones. Originalmente albergaba un negocio de venta de flores y de prensa, sin embargo, al trasladarlo a un lateral del paseo, donde está en la actualidad, la obra no respetó la elevación de su parte inferior, que quedó al mismo nivel que la acera —-puede comprobarse en la imagen—-, de tal modo que cuando llovía se llenaba de agua estropeando toda la mercancía, algo que nunca llegó a ser corregido.
El quiosco llegó a ser utilizado para varios fines, incluso como punto de información turística, pero desde hace años y hasta la actualidad está totalmente abandonado. Está claro que se recuperará cuando lo estime oportuno el Concello de Vigo, que en muchas ocasiones se comporta de forma caprichosa e injustificada, como ocurrió con el vallado del mirador, que estuvo seis años cerrado al público hasta que, un buen día, de modo sorpresivo, se reforzó con unas columnas por la parte inferior, se retiraron las vallas, se pintó y se abrió de nuevo al público, sin más explicaciones después de seis años cerrado; una demostración de que algunas cosas de Vigo se hacen más por capricho que por justificaciones racionales; se habla mucho de proyectos, pero algunos son simplemente palabras. Veremos hasta cuándo habrá que esperar y en qué queda finalmente la cosa.






















