Quién le iba a decir a Manuel Castro, aquel entrañable repartidor de prensa al que la ciudad de Vigo le ha dedicado una estatua en la céntrica Rúa Príncipe, que iba a tener tanto éxito. Él nunca lo hubiera creído. Pero lo cierto es que numerosas personas foráneas se aproximan a esa estatua para fotografiarse con ella, seguramente sin haber leído la placa que aún está en la base.
Y como quiera que los gamberros le han robado el periódico que sostenía en su dedo, y como el Concello de Vigo no parece tener demasiado interés en subsanar la situación, el dedo de Castro parece apuntar al cielo indicando algo misterioso, quizá como un ET vigués que indica su añorada casa. Así las cosas, los foráneos incluso llegan a imitarlo; ahí lo vemos en la imagen. Está claro que el robo de un periódico de metal y un poco de imaginación han servido para inventar algo que puede convertirse en otro atractivo turístico en la ciudad de Vigo: un astronauta.





















